Título original: The Man Who Fell to Earth
Director: Nicolas Roeg
Reino Unido, 1976, 140 minutos
El hombre que cayó a la Tierra (1976) |
Quién mejor que David Bowie para encabezar el reparto de The Man Who fell to Earth (1976). Un filme en el que las cosas sencillamente ocurren, sin que a veces haya una transición precisa entre las distintas secuencias que lo componen. Adaptación de la novela homónima de Walter Tevis (1928-1984), narra la historia de un alienígena procedente de un árido planeta en el que dejó esposa e hijos.
Una vez en la Tierra, y bajo la identidad de Thomas Jerome Newton, se valdrá de una serie de valiosísimas patentes para recaudar los fondos necesarios que le permitan financiar el viaje de regreso, tras haber hecho acopio de ingentes cantidades de agua. Lo malo es que ni los ejecutivos neoyorquinos ni la gente con la que después interacciona en Nuevo Méjico se lo van a poner especialmente fácil.
Para ser la primera vez que Bowie protagonizaba una película, lo cierto es que se defiende bastante bien, más por intuición que por oficio. De hecho, el papel de extraterrestre le iba como anillo al dedo a un artista que había cultivado esa misma imagen en no pocos de sus álbumes, desde Space Oddity (1969) hasta Ziggy Stardust (1972).
¿Pero de qué habla, en realidad, la cinta del británico Nicolas Roeg? ¿Se trata de una simple historia de ciencia ficción? La respuesta, obviamente, es que no. De entrada porque salta a la vista el espíritu crítico de una alegoría en torno a cómo el capitalismo aísla, corrompe y destruye gradualmente al individuo. En ese sentido, la predilección de Newton por el medio televisivo y la ginebra lo acabarán sumergiendo en una espiral autodestructiva que hace que quede empañada su propia identidad.
La ciencia ficción puede ser más de lo que se supone que es ese género. Ya que incluye recursos como la extrapolación de conflictos.
ResponderEliminarHe visto esa película. Recuerdo la relación con una mujer terrestre, que también es arruinada por esa adicción a la televisión, viendo varios televisores simultanéamente. De la que ella no puede despegarla. Y el grito del protagonista a los televisores, de que lo dejen en paz.
Buena reseña. Saludos.
Sobre la amante terrícola del visitante (interpretada por Candy Clark) no he querido decir nada en la reseña porque no me gusta desvelar todo el argumento. Pero es cierto que la relación entre ambos acaba siendo turbulenta. Gracias por tu comentario.
EliminarSaludos.
No sé muy bien en qué casillero colocar esta película de, digamos, ciencia-ficción intelectualizada. Extraña, casi experimental, fascinante por momentos, pero que los diferentes envoltorios (formales, metafísicos) que van cubriendo la anécdota argumental, acaban por sumergir la película en una atmósfera de ininteligibles propuestas.
ResponderEliminarUn saludo.
Entiendo que algunas de sus particularidades puedan parecer gratuitas, pero nunca ininteligibles. Ésta es la historia de un ser incomprendido, alguien que no encaja en este mundo, y es según dicha premisa que debe interpretarse todo cuanto vemos en pantalla.
EliminarSaludos.
Es posible. Pero para describir la trayectoria de un ser que por sus características se ve aquejado de una incapacidad para adaptarse al mundo en el que vive ¿era imprescindible situar su origen en el espacio exterior,? En fin, solo lo veo como un pretexto para aplicar a la historia una narrativa alambicada y fatigosa.
EliminarNo se trata tanto de la incapacidad del protagonista, sino de la de un mundo que no tolera al que es distinto. Hasta donde sé, dicha alegoría ya estaba presente en la novela de Walter Tevis en la que se basa la película.
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