Título original: Fantasia
Directores: James Algar, Samuel Armstrong, Ford Beebe Jr., Norman Ferguson, David Hand, Jim Handley, T. Hee, Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Bill Roberts, Paul Satterfield, Ben Sharpsteen
EE.UU., 1940, 125 minutos
Fantasía (1940) de Walt Disney |
Pocas películas hacen tanto honor a su título como esta joya que en su día concibiera el genial Walt Disney (1901-1966). Las siete secciones que integran Fantasía (1940) reúnen una porción considerable de obras maestras de la música orquestal bajo la dirección (que no batuta, pues jamás utilizaba dicho objeto) del británico de ascendencia polaca Leopold Stokowski (1882-1977).
El programa lo integran, por orden, los siguientes títulos: Tocata y fuga en re menor de Johann Sebastian Bach (1685-1750), El cascanueces de Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893), El aprendiz de brujo de Paul Dukas (1865-1935), La consagración de la primavera de Ígor Stravinski (1882-1971), Sinfonía Pastoral de Ludwig van Beethoven (1770-1827), La danza de las horas de Amilcare Ponchielli (1834-1886) y, por último, un número doble compuesto por Una noche en el Monte Pelado de Modest Mussorgsky (1839-1881) y el Ave Maria de Franz Schubert (1797-1828). Se incluye, asimismo, un intermedio, luego del cual, aparte de una breve improvisación jazzística a cargo de los músicos de la orquesta, se presenta a la "banda sonora", concebida como unas tímidas líneas que varían de color y forma en función de las notas musicales.
No obstante, en su momento el estreno de la cinta fue un estrepitoso fracaso hasta que, muchos años más tarde, ya a finales de la década de los sesenta, la película atrajo un renovado interés gracias a la relectura psicodélica que la juventud hippie hizo de sus imágenes, por lo que la factoría Disney se apresuró a reponerla en infinidad de cines. Un interés creciente que, ya convertida en título de culto, alcanzaría récords de ventas tras su lanzamiento en vídeo a principios de los noventa.
Y es que la imaginería de cada uno de sus números, debidamente presentados por el crítico Deems Taylor (1885-1966), alcanza cimas tan estremecedoras como el diablo que ilustra la encarnación del mal en Una noche en el Monte Pelado o la ensoñación mitológica de la Sinfonía Pastoral. Lo cual no impide que los dibujantes del estudio, fieles a su público infantil, adopten una vis más cómica en La danza de las horas o en el que probablemente es el segmento más popular: El aprendiz de brujo cuyas facciones coinciden con las de un Mickey Mouse inusualmente torpe.