sábado, 3 de agosto de 2024

Ojos negros (1987)




Título original: Oci ciornie
Director: Nikita Mikhalkov
Italia/Unión Soviética, 1987, 118 minutos

Ojos negros (1987) de Nikita Mikhalkov


Filme construido a base de recuerdos, Oci ciornie (1987) destila ese aroma tan deliciosamente nostálgico de los personajes de Chéjov. No en vano, el guion se basó en tres relatos del escritor ruso que, en manos de Nikita Mikhalkov, dan lugar a una evocación lánguida y al mismo tiempo plena de júbilo a propósito de un mundo de balnearios y aristócratas venidos a menos, capaces, eso sí, de cruzar medio mundo para ir a reunirse con alguna amante.

El caso es que un pasajero que viaja a bordo de un barco penetra en el interior del restaurante, donde coincide con un extraño individuo de aspecto decrépito que decide explicarle su vida. Se trata de Romano Patroni (Marcello Mastroianni), arquitecto, romántico, vividor, tal vez fabulador, que lleva ocho años lejos de la que fue su esposa. La suya ha sido, de hecho, una trayectoria atípica, marcada por un amor apasionado que le llevó a abandonar las comodidades de su lujosa residencia palaciega a cambio de la incertidumbre de una relación con una hermosa joven rusa.



Y así, a lo largo del relato, asistiremos a los vaivenes propios de un mundo de pasiones en el que el recuerdo agridulce de Anna (Elena Safonova) perdura aún en la memoria de un hombre maduro que añora con vehemencia no exenta de dolor los momentos más intensos de una felicidad que no pudo ser. Sin embargo, una pirueta final nos devuelve al presente para descubrir que Romano no es en realidad otra cosa sino un simple camarero, mientras que la mujer del caballero que ha escuchado pacientemente su historia, y que durante todo ese rato ha estado durmiendo en cubierta, posee unas facciones iguales a las de la susodicha Anna...

Aparte de la extraordinaria interpretación de Mastroianni, premiada en Cannes y candidata al Óscar, la cinta destaca asimismo gracias a una impecable dirección artística, así como por la evocadora partitura de Francis Lai que conforma su banda sonora. Elementos que constituyen un retablo fascinante en el que la melancolía del alma rusa, unida a una cierta comicidad italiana, dan como resultado un hermoso canto a las ilusiones perdidas.



6 comentarios:

  1. El film conserva mucho de los fascinantes relatos de Chéjov.

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    1. Así es, sobre todo de "La dama del perrito", que ya fue llevada al cine en 1960.

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  2. Pues sí, estamos ante un bellísimo y sensitivo ejercicio que desde perspectivas puramente cinematográ­ficas absorbe y transforma el espíritu chejoviano en el que se inspira, a través de una puesta en escena que une la delicadeza a la inspiración, dando como resultado una depurada obra de imágenes difícilmente olvidables, a lo que contribuye también la excelencia de todos sus intérpretes, entre los que cabe destacar la matizada composición del gran Marcello Mastroianni.
    Un saludo.

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    1. Digamos que acierta a reunir lo mejor de dos cinematografías a priori tan alejadas como la italiana y la soviética.

      Saludos.

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  3. Una película que causó sensación por su delicadeza y su belleza.

    Un abrazo.

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