Título original: The Pirate
Director: Vincente Minnelli
EE.UU., 1948, 102 minutos
El pirata (1948) de Vincente Minnelli |
Parece mentira que un musical en apariencia tan inocente como El pirata suscitase en el momento de su estreno tantísima polémica. De entrada, porque participaban en él algunos bailarines afroamericanos, como los Nicholas Brothers, circunstancia que acabaría motivando que en algunos estados del sur se censurase su número. Pero es que, por si no fuera poco, el legendario jerarca de la Metro, Louis B. Mayer, puso el grito en el cielo ante la considerable carga erótica que, según él, desprendían algunas de las escenas de baile que comparten Gene Kelly y Judy Garland.
En IMDb se pueden leer otras curiosas anécdotas a propósito del rodaje, muchas de ellas relacionadas con la frágil esposa de Minnelli, una Judy Garland que se ausentó por enfermedad en noventa y nueve de los ciento treinta y cinco días que duró la filmación, que fumaba hasta cuatro paquetes diarios de cigarrillos y a quien correspondió el dudoso honor de ser la primera estrella a la que unos estudios cinematográficos le impusieron un psiquiatra que garantizase su estabilidad emocional.
La actriz durante una pausa del rodaje |
Y, encima, la película fue un fracaso en taquilla... Sin embargo, El pirata se nos aparece hoy en día como un portento de música y color en el que los decorados, el vestuario y, sobre todo, las espectaculares coreografías de Gene Kelly desprenden imaginación a raudales. Cierto que su exiguo argumento no deja de ser una mera exaltación de un exotismo caribeño, rodado en estudio, tan encantador como artificial. Pero ¿qué más da cuando lo que verdaderamente importa es disfrutar de las oscilaciones del pícaro Serafín, empeñado en seducir y hasta hipnotizar a la bella Manuela? (Por cierto: ¿ha reparado alguien en cuánto se parece Gene Kelly a Antonio Banderas en esta película?)
Todo lo cual no habría sido posible, huelga decirlo, sin las excepcionales composiciones del mítico Cole Porter. Algunas trepidantes, como la inicial "Mack the Black", otras sensuales ("Niña", "Love of My Life"...) e incluso una de ellas, la optimista "Be a Clown", con la que se cierra el filme, que sería descaradamente plagiada años más tarde en otro clásico del cine musical: el "Make 'Em Laugh" de Cantando bajo la lluvia (1952).