Directora: María Trénor
España/Polonia, 2024, 86 minutos
Rock Bottom (2024) de María Trénor |
Una explosión de colorido nos da la bienvenida al mundo sonoro de Robert Wyatt, leyenda del rock progresivo de los setenta que, tras su paso como batería por las filas de los no menos míticos Soft Machine, quedaría postrado de por vida en una silla de ruedas a consecuencia de un fatídico accidente (al parecer, en el transcurso de una noche de excesos etílicos, el músico británico se precipitó por la ventana de un cuarto piso). Corría junio de 1973.
Rock Bottom (2024) toma su título del disco homónimo que Wyatt publicaría hace ahora medio siglo, un año después de quedar parapléjico. Y, como no podía ser de otro modo, tratándose de un homenaje a uno de los álbumes emblemáticos de la historia de la música, la cinta de animación, dirigida por María Trénor bajo la producción de Alba Sotorra, se ha presentado estos días en Barcelona con motivo del Festival In-Edit que se celebra anualmente en la Ciudad Condal.
Un ambiente onírico, paralelo al que destilan las canciones de Wyatt, recorre las distintas escenas de principio a fin del relato, un a modo de semblanza biográfica teñida de efluvios psicodélicos y constantes referencias a la escena musical de aquel entonces: Nick Mason, batería de Pink Floyd, aparte de productor de varios proyectos en solitario de Wyatt, aparece brevemente al principio, en una secuencia en la que también se hace alusión de pasada a Syd Barrett.
A partir de aquí la trama discurrirá por senderos más o menos familiares para quienes conozcan la trayectoria del cantante y compositor, como la estancia de Wyatt en Mallorca junto a la que será su eterna compañera: la ilustradora y cineasta Alfreda Binge, Alif, con la que convive en la isla en una vorágine continua de misticismo hippie, auspiciado por el gurú y también músico David Allen, y de consumo masivo de sustancias alucinógenas. Sin embargo, que nadie se espere un biopic al uso porque esto es otra cosa, algo más cercano a las letras surrealistas del disco que a la estructura clásica de un relato. A fin de cuentas, lo que vemos en pantalla no dejan de ser los delirios de Wyatt mientras éste se halla convaleciente en el hospital.