domingo, 4 de diciembre de 2016

La doncella (2016)




Título original: Ah-ga-ssi
Director: Chan-wook Park
Corea del Sur, 2016, 144 minutos

La doncella (2016) de Chan-wook Park


Nada es lo que parece en la última película del coreano Chan-wook Park: condes de dudosa estirpe, inocentes criadas, señoras que enloquecen por amor, eruditos tíos sádicos y un exquisito refinamiento femenino forman el universo de La doncella. Como se verá, todo muy en la línea del barroquismo al que últimamente nos tienen acostumbrados los directores asiáticos.



Como ya es habitual en el cine de aquel continente, lo sensorial juega un papel de enorme importancia, si bien los referentes de los que el director demuestra haberse servido no sean forzosamente orientales. Se diría que hay algo del ama de llaves de Rebeca en la primera parte de la historia. O incluso, en la tercera, de Yoshiwara, el bazar del placer en el que el ser máquina hacía perder el juicio a los hombres de la alta sociedad en la Metrópolis de Fritz Lang. Como la acción se sitúa en los años treinta, época de la dominación japonesa sobre aquel territorio, no es raro que sea posible rastrear influencias tan antiguas. Otras, en cambio, serían mucho más recientes, como El imperio de los sentidos o hasta La vida de Adèle por lo atrevido de las escenas más íntimas.

Libremente inspirada en la novela Fingersmith de Sarah Waters, Ah-ga-ssi explora las interioridades de un mundo cerrado en el que una rica heredera japonesa vive recluida bajo el inflexible sometimiento de su tío e instructor. Un espacio, el que conforma esa lujosa mansión de estilo victoriano, en el que la lectura o la pintura pueden llegar a ser el summum de la sensualidad, por no hablar del juego que da de sí un simple dedal: escena por la que, sin duda, será recordada La doncella.


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