Título original: Scipione detto anche l'africano
Director: Luigi Magni
Italia/Francia/Alemania, 1971, 114 minutos
Escipión, el africano (1971) |
Sin llegar a ser un péplum ni tampoco una comedia al uso, Scipione detto anche l'africano (1971) combina sabiamente elementos que proceden de distintos subgéneros cinematográficos. Resulta inevitable, por ejemplo, no pensar en el Rossellini más didáctico, el de sus producciones televisivas en torno a personalidades históricas como Sócrates o Luis XIV. Pero, al mismo tiempo, ahí está también esa chispa tan genuinamente italiana en las réplicas de unos diálogos brillantísimos.
Aparte de la vis cómica de Vittorio Gassman haciendo de Catón el Censor, azote de los escipiones por culpa de quinientos talentos de oro procedentes de los tributos pagados por el rey de Siria y que jamás llegaron a Roma, hay otros momentos en que los personajes dejan frases para la reflexión. Así pues, la madre de Catón alerta al hijo de que el drama se produce "cuando todo el mundo habla por su cuenta y nadie te responde", mientras que el propio Júpiter, dios del Olimpo, alecciona al protagonista espetándole aquello de: "¿Qué creías: que el mundo se acaba contigo? ¡El mundo no se acaba nunca!".
Sin embargo, la cinta (coproducción entre Italia, Francia y Alemania) es célebre por haber reunido en la pantalla a los dos hermanos Mastroianni en lo que supuso la única incursión interpretativa de Ruggiero, reputado montador por otra parte. Y es que en sus papeles de Escipión (Africano y Asiático, respectivamente) ambos demuestran una sintonía entre ellos que manifiestamente se prolongaba más allá de la ficción.
Pese a que el célebre general romano derrotase a Aníbal en la batalla de Zama, la película se centra, no obstante, en la vida de Escipión después de la guerra, cuando debió enfrentarse a la ingratitud del Senado romano y las intrigas contra su persona por una supuesta trama de corrupción. Con todo y con eso, el magnífico guion de Luigi Magni da en el clavo al satirizar circunstancias y lugares comunes que hoy siguen tan vivos como en la política de hace dos mil años. Que es lo que ocurre, sin ir más lejos, con esa ambigua inicial que consta en unos papeles comprometedores (todo esto muchos años antes de nuestro Bárcenas...) y que lo mismo podría delatar a un hermano o al otro.
Marcello y Ruggiero, los hermanos Mastroianni |
Un film ambientado en una determinada época histórica, pero con muchas lecturas aplicables al presente (por desgracia) en clave de comedia, que narra el final de un mito, la moralidad de la república romana y su emblema, Escipión que, decepcionado, elegirá el exilio a pesar del perdón ("Ingrata patria, no eres digna de poseer mis huesos"). Con un humor irreverente, poniendo voz a los vicios y virtudes de una humanidad ingenua y simplista, pero tal vez no muy diferente de lo que realmente anima la vida diaria de todos nosotros.
ResponderEliminarPor algo los clásicos son atemporales.
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