viernes, 29 de octubre de 2021

Pobre mariposa (1986)




Director: Raúl de la Torre
Argentina, 1986, 120 minutos

Pobre mariposa (1986) de Raúl de la Torre


Algunos dirán que se trata de una película plúmbea. Otros, en cambio, la considerarán un magnífico fresco histórico. A según quién tal vez le parezca que el director Raúl de la Torre (1938–2010) intentó abarcar en ella demasiadas cosas sin profundizar verdaderamente en ninguna. También habrá quien celebre el carácter revisionista de su enfoque o la presencia en el reparto de la sueca Bibi Andersson e, incluso, quienes se lamenten de que la cinta no suscitase mayor interés en el momento de su estreno. Y todos, a su manera, tendrán parte de razón.

Sea como fuere, lo cierto es que Pobre mariposa (1986) rezuma sinceridad de principio a fin a lo largo de sus dos horas de metraje. Una franqueza que deriva, por ejemplo, de las imágenes de archivo mostrando el horror de los campos de exterminio nazi. O de unos diálogos, escritos en colaboración con la añorada Aída Bortnik (1938–2013), sobre los que planea una cuestión incómoda que Clara (Graciela Borges), la protagonista, se encarga de verbalizar en uno de los momentos clave de la trama: "¿Qué es ser judío?"



Igualmente impagable resulta la intervención de Fernando Fernán-Gómez en su breve papel de exiliado republicano, un militante comunista, amigo del difunto padre de Clara, que no tiene dudas a la hora de establecer la verdadera esencia del fascismo: "¿Usted cree que ellos creen en ese cuento de la raza superior? Quizá algunos, un grupito de locos, un puñado de dementes. Pero lo que hay detrás, el gran motor que pone en movimiento la maquinaria que mata, no tiene nada que ver con la raza superior o la raza inferior. No tiene que ver con los arios y los judíos, con los blancos y los negros: tiene que ver con los intereses. Con los intereses que hacen danzar políticas, hombres, dineros, armas: naciones enteras. Esa gran danza macabra que sólo quiere someternos. Aquí y ahora, como allí antes. Someternos, ¿comprende?"

Porque ahí radica precisamente la raíz misma de lo que se pretende denunciar: la presencia en la Argentina de grupúsculos filonazis que, terminada la Segunda Guerra Mundial, ambicionaban mantener viva en América Latina la llama del ideario fascista que las potencias aliadas recién habían derrotado en Europa. Y mientras tanto, aparentemente ajenos al mal que se está incubando en su seno, lo más selecto de la alta sociedad bonaerense acude a las veladas de radio para disfrutar de sus emisiones en directo.



4 comentarios:

  1. Parece una película interesante. Hace poco he visto 2Operación final" en Netflix sobre la captura de Eichmann en Buenos Aires por parte de un comando israelí, con F.Murray Abraham. Por entonces Eichmann se paseaban por Buenos Aires como en el Berlín de los años 40.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Desde luego que es interesante, Miquel. Y, además, la presencia de Eichmann en la capital argentina se menciona de pasada, ya que el nombre del dirigente nazi figura en unos papeles que obraban en poder del difunto líder comunista Bruno Solomof.

      No he tenido ocasión de ver la película que mencionas, pero para mí el nombre de Eichmann va indisolublemente ligado al recuerdo de "Hannah Arendt" (2012) de Margarethe von Trotta.

      Saludos.

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  2. Hola Juan!
    Gracias por la recomendación, me interesa y la anoto.
    Saludos!

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    1. Estupendo, Fran. A pesar de sus defectos (que los tiene), fue y es, como se suele decir en estos casos, una película "necesaria".

      Saludos.

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