Director: Pedro Almodóvar
España/Francia, 1993, 114 minutos
Kika (1993) de Pedro Almodóvar |
Matar es como cortarse las uñas de los pies: al principio, la sola idea te da pereza, pero cuando te las cortas descubres que resulta bastante más rápido de lo que pensabas. Después crees que pasará mucho tiempo antes de volver a hacerlo, pero cuando menos lo esperas ya han vuelto a crecer...
Puede que no sea la mejor película de Almodóvar, pero, aun así, Kika (1993) marcó un punto de inflexión en la carrera del manchego. Entre otras cosas porque supuso el preludio de su madurez como autor, concretada, dos años después, en el estilo mucho más comedido de La flor de mi secreto (1995). En todo caso, quien había surgido de la contracultural Movida Madrileña no podía sino hacer honor a sus orígenes con otra historia repleta de truculencias a cuál más escabrosa.
Se ha dicho, tal vez con razón, que el haber elegido a Àlex Casanovas y Peter Coyote para los papeles masculinos no fue la decisión más acertada, tratándose de dos actores en principio tan ajenos al universo almodovariano. Circunstancia que, en el caso del intérprete estadounidense, se acentúa por el hecho de haber sido doblado, lo cual siempre resta naturalidad. De todas formas, poco importa: éste, como la gran mayoría de títulos de la filmografía de Almodóvar, es esencialmente un filme de mujeres.
Y como suele ocurrir a menudo con muchas de sus películas, en las que lo extracinematográfico se acaba imponiendo a los méritos de la propia cinta, Kika es recordada por los estridentes modelos que Gaultier diseñó para Victoria Abril (quien, por cierto, hoy 4 de julio cumple 62 años), así como por el desnudo integral que protagoniza una radiante Bibiana Fernández cuando aún se hacía llamar Bibi Andersen.
La historia de una esteticista (Verónica Forqué) a la que un buen día requieren para maquillar a un difunto que resulta que no está muerto; un novelista norteamericano que publica su primera novela en español (Me enamoré de un farsante) y al que entrevista para la televisión la madre del propio Almodóvar ("¡Cómase un chorizillo! ¡Son manchegos como yo! ¡Están muy ricos!"); una estrella del porno tras cuyo nombre artístico (Pol Bazo) se esconde el hermano prófugo de la empleada doméstica (Rossy de Palma); en fin, una reportera sensacionalista y sin escrúpulos, llamada Andrea Caracortada (Victoria Abril), dispuesta a llegar hasta donde haga falta con tal de ofrecer a sus espectadores la dosis diaria de carnaza.
Esta me gusta menos, pero no está mal, con un Almodóvar muy reconocible.
ResponderEliminarYo creo que Almodóvar tocó fondo con esta película, por lo menos en su versión más desenfrenada.
EliminarÉsta es una de esas películas que sé que la he visto, pero me podría pasar de comenzar a verla de nuevo porque no la "tengo" memorizada... no sé si alguna vez te ha ocurrido, pero es como que empiezo y digo "ahhh ésta me falta..." y después de 5 minutos vuelvo a decir "...pero esto ya lo ví!".
ResponderEliminarUn beso.
Ya lo creo que me pasa: por muy buena memoria que uno tenga resulta imposible acordarse de todo.
EliminarBesos.
Tiene momentos muy buenos pero el conjunto no cuaja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarLa vi en su momento y salí de la sala jurando en arameo...jeje No he vuelto jamás a ponerme con ella.
Saludos!
Bueno: a mí me ha gustado más ahora que no cuando la vi por primera vez.
EliminarSaludos.