Título original: The Little Shop of Horrors
Director: Roger Corman
EE.UU., 1960, 72 minutos
La pequeña tienda de los horrores (1960) de Roger Corman |
¿Qué se puede hacer en dos días y medio con un presupuesto de apenas 27000 dólares? Roger Corman lo tuvo clarísimo: una obra maestra de la cutrez y el humor negro; la historia de una planta carnívora insaciable que crece ilimitadamente. The Little Shop of Horrors posee el toque característico del cine independiente americano, preludio de una nueva era que había de dinamitar, a base de irreverencia, las convenciones del Hollywood clásico.
Hilaridad que, sin embargo, ya estaba presente en algunos cómicos de la edad dorada (¿o es que acaso las gamberradas de los hermanos Marx no anticipaban algunas de las situaciones aquí descritas?), pero que Corman y su guionista Charles B. Griffith sabrán llevar al extremo, dándole un enfoque más transgresor aún si cabe.
Rodada en austero blanco y negro (aunque existen versiones coloreadas de la cinta), esta pequeña tienda horrorosa contiene actuaciones memorables de un elenco de actores que no cobró por su trabajo, si bien ganó, a cambio, el privilegio de formar parte de una de las producciones míticas del cine de serie B. Entre ellos sobresale, de un modo especial, un joven Jack Nicholson en los inicios de su carrera, ya por entonces dotado de ese inconfundible histrionismo que tantas veces explotaría en no pocas de sus interpretaciones.
Se han propuesto múltiples análisis de lo que pueda simbolizar la voracidad de Audrey Junior, a menudo vinculada con el éxito fácil, el precio de la fama o incluso con las fatales consecuencias que puede acarrear el ir alimentando las exigencias de un ego sin fin. No obstante, es más que probable que, lejos de lecturas alegóricas, la única aspiración de Roger Corman y su equipo fuese ganar una apuesta un tanto pueril: la de que eran capaces de rodar en tiempo récord una parodia de película de terror cuya osadía hiciera desternillarse a todo el mundo. Y a fe que lo consiguieron.
Es bastante serie Z pero el concepto y algunos gags la convierten en un título de culto memorable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin lugar a dudas. En según qué momentos, hasta se podría considerar precursora de "Cabeza borradora" de David Lynch.
EliminarSaludos.
Que tal Juan!
ResponderEliminarUn proyecto que a dia de hoy seria imposible de realizar. El bueno de Jack ya mostraba la patita...jeje
Saludo!
Ya lo creo, Fran: aunque, más que la patita, lo que muestra Jack Nicholson en su breve aparición es una boca de dientes que causa verdadera angustia.
EliminarUn abrazo.