jueves, 2 de abril de 2020

Esmeralda, la zíngara (1939)




Título original: The Hunchback of Notre Dame
Director: William Dieterle
EE.UU., 1939, 117 minutos

Esmeralda, la zíngara (1939) de William Dieterle


La gitana bailaba. Hacía girar su pandereta en la punta de un dedo y la arrojaba al aire, bailando zarabandas provenzales. Ágil, ligera, festiva y sin sentir el peso terrible de la mirada que caía a plomo sobre su cabeza desde la torre de la catedral de Nuestra Señora.

Victor Hugo
Nuestra Señora de París
Traducción de Javier Costa Clavell

Una película que comienza con la invención de la imprenta tiene por fuerza que ser una gran película. Aunque la historia que cuente se haya llevado tantas veces a la pantalla y sea tan de dominio público que ya difícilmente pueda sorprender a nadie. Sin embargo, la versión del año 39 de The Hunchback of Notre Dame se gestó en un contexto sociopolítico de tal relevancia que muchos aspectos de su particular enfoque se explicarían por la situación convulsa que estaba atravesando el mundo en aquel preciso instante.

Siendo alemán, el director William Dieterle no podía permanecer ajeno al ascenso del nazismo en su país de origen y de ahí el enfoque libertario que le dio a un filme que, a fin de cuentas, no deja de ser un alegato en favor de las minorías étnicas, los discapacitados y hasta de la libertad de pensamiento. Para ello se tomó algunas licencias, como el hecho de suprimir el personaje de la reclusa, con lo que Esmeralda (que en la novela de Victor Hugo representa que había sido raptada, siendo una niña, por unos bohemios venidos de Egipto) pasaba a ser verdaderamente gitana. Asimismo, y a diferencia de lo que ocurre en el libro, el rey Luis XI (Harry Davenport) deja de ser un monarca intrigante para convertirse en un tipo afable que le da un aire al presidente Roosevelt.



Decíamos ayer (o antes de ayer) que la relación entre Quasimodo y Esmeralda responde al arquetipo de la bella y la bestia, del mismo modo que, seis años antes, había ocurrido con King Kong y Fay Wray. Pero, con todo y con eso, el jorobado alberga en su interior una ternura que la fealdad de su físico impide que los demás puedan ver. Si no es la hermosa zíngara (una debutante Maureen O'Hara de apenas diecinueve primaveras) en la célebre escena en que él se encuentra en la picota tras padecer escarnio público y ella, como una nueva Magdalena frente a una especie de Cristo, es la única que siente piedad y se digna a ofrecerle un poco de agua.

Foreigners! You came yesterday. We come today. Cuando los centinelas de la guardia real impiden el paso a los refugiados que intentan entrar en París, resulta imposible no pensar en los miles de desplazados que iba a provocar la guerra que justo en aquellos momentos daba comienzo en Europa. Como evidente es el paralelismo que se establece entre el oscurantismo que encarna Frollo (Cedric Hardwicke), temeroso de que la imprenta difunda ideas subversivas entre la plebe, y el advenimiento del fascismo. En fin: se dice que la secuencia en la que el jorobado toca las campanas desaforadamente para su adorada zíngara se filmó el mismo día en que daba comienzo la contienda. Y que el actor Charles Laughton, haciendo caso omiso de las indicaciones de Dieterle, no pudo reprimir el dar rienda suelta a su exasperación, con lo que el berrinche quedó inmortalizado, pasando a la posteridad como una de las imágenes icónicas de un filme inolvidable.


4 comentarios:

  1. Muy buena cinta, hace tiempo que la reseñé con motivo de su pase por televisión, coincidimos en muchas cosas.
    Abrazos.

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    1. Acabo de leer tu reseña, Fernando. Y ya lo creo que coincidimos. ¿Cómo no hacerlo cuando se trata de una obra maestra incontestable?

      Un abrazo.

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  2. Hola Juan!
    Siento especial predilección por Charles Laughton (por cierto, acabo de ver por primera vez una autentica joya con el de protagonista, la próxima reseña ira por ahí...), era un autentico "monstruo" de la actuación. Si bien la vi hace muchos años no había tenido en cuenta alguno de los aspectos que mencionas, creo que volveré con ella un día de estos.
    Por aquí seguimos con pocas novedades, cuidate!!!

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    1. ¿Qué se puede decir de alguien que fue capaz de llevar a cabo una obra maestra tan rotunda como La noche del cazador?

      Pues nada: estaré atento a tu blog para saber cuál es esa joya con Charles Laughton que acabas de descubrir.

      Saludos.

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