Director: Clint Eastwood
EE.UU./Canadá, 2016, 96 minutos
Sully (2016) de Clint Eastwood |
No vamos a descubrir nada nuevo si decimos que Clint Eastwood sabe hacer películas: a sus 88 años y tras una carrera repleta de éxitos, basta con que el nombre del actor y director figure al frente de cualquier producción para tener la certeza de que estará bien narrada, milimétricamente diseñada para accionar los resortes hasta del espectador más impasible.
Ahora bien: tampoco debería sorprenderse nadie, a estas alturas, al señalar que, ideológicamente, en su cine priman unos valores que podrían ser calificados de reaccionarios o, como mínimo, discutibles. Aparte de que, con el tiempo, se le ha ido acentuando la vena lacrimógena, subrayada mediante partituras, a menudo compuestas por él mismo, con las que el público agradece que quien fuera el duro más duro (y más sucio) de la historia muestre asimismo su lado más emotivo.
Pese a que el guion de Sully no sea suyo sino de Todd Komarnicki, la cinta no puede sustraerse al dichoso tono pastelón made in Eastwood: desconocidas que besan o abrazan espontáneamente al protagonista, tipos que lo invitan a una copa en el bar... y todo para demostrar que América no sólo necesita héroes, sino que el honesto ciudadano de a pie es agradecido y los sabe reconocer enseguida. En realidad, el eco de los atentados terroristas a las Torres Gemelas está más presente de lo que en un principio cabría imaginar, como lo atestiguan las pesadillas del personaje encarnado por Tom Hanks en las que su avión acaba estrellándose contra los rascacielos de Nueva York.
La gesta llevada a cabo por el capitán Chesley Sullenberger (Denison, Texas, 1951) salvó la vida de los 155 pasajeros que viajaban a bordo del Airbus A320 por él pilotado, de acuerdo. Pero también es comprensible que se abriera una investigación posterior para esclarecer los hechos: ése es, al menos, el proceder habitual en los países civilizados. De lo contrario, sería muy fácil que cada cual se tomase la justicia por su mano. Por eso, cuando en Sully se muestra a los responsables de las aseguradoras como mezquinos burócratas empeñados en culpabilizar al valiente aviador, se están tergiversando los hechos en aras de un patrioterismo demagógico que da por sentado que el factor humano está por encima de la propia ley.
Sully (Tom Hanks) y Skiles (Aaron Eckhart) |
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