Directora: Haifaa Al-Mansour
Reino Unido/Luxemburgo/EE.UU., 2017, 120 minutos
Mary Shelley (2017) de Haifaa Al-Mansour |
'It is not singular,' says Mary Shelley in her 1831 introduction to Frankenstein, 'that, as the daughter of two persons of distinguished literary celebrity, I should very early have thought of writing'. The 'distinguished' parents in question, William Godwin (1756—1836) and Mary Wollstonecraft (1759—97), not only wrote books but believed that they could, gradually at least, change the world by doing so.
Martin Garrett
Mary Shelley (2002)
The British Library / Writers' lives
He aquí una de aquellas películas que levantan más expectación por motivos extracinematográficos que no por su verdadero valor intrínseco. Unos se sentirán atraídos por la fascinante personalidad de la autora de El moderno Prometeo; otros, por su contexto histórico, deliciosamente decimonónico. Habrá quien, llevado de un cierto impulso feminista, sienta curiosidad por una mujer que supo hacerse un hueco en un mundo eminentemente masculino. Por último, es casi seguro que el sexo y la nacionalidad de su directora (primera cineasta saudí en rodar en Hollywood) también habrán contribuido, en no pocos casos, al creciente interés por ver este biopic a propósito de Mary Godwin Wollstonecraft, más conocida por su apellido de casada: Shelley.
Mucha expectación, como decimos, y poco cine. Porque, al margen de que el diseño de vestuario, los decorados y las localizaciones estén perfectamente documentados y aun recreados, lo cierto es que el producto final parece más cerca de alguna entrega para adolescentes, tipo Crepúsculo, que no de una profunda y verdadera meditación sobre los anhelos que movieron a sus protagonistas en la vida real.
La influencia del estilo pictórico de Waterhouse parece evidente |
Cierto que el guion de Emma Jensen se esfuerza en subrayar las razones que motivaron la gestación de una de las novelas más célebres de todos los tiempos (la muerte prematura de la hija de la pareja, lo cual explicaría la obsesión de Mary por devolverle la vida, o la asistencia de los Shelley a un acto público en el que Polidori expone sus teorías sobre galvanismo), pero, aun así, se queda en la superficie, en el apasionado romance de dos seres unidos por su sensibilidad poética y separados por convencionalismos sociales y familiares contra los que poco pueden hacer, más allá de frecuentar la compañía del excéntrico Lord Byron (Tom Sturridge), pese a que ello se acabará revelando más un inconveniente que una ventaja.
Por todo lo cual podemos concluir que Mary Shelley, aun siendo un filme que habla de libros y de versos, va dirigido, sin embargo, a un público potencial que no los lee. Por eso se ha elegido a Elle Fanning y a Douglas Booth como pareja protagonista: porque su belleza de efebos veinteañeros es una garantía para hacer taquilla en la misma proporción que prescindir de ese envoltorio romántico supondría el más mortífero de los venenos.
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