sábado, 17 de septiembre de 2016

La piscina (1969)




Título original: La piscine
Director: Jacques Deray
Francia/Italia, 1969, 120 minutos

La piscina (1969) de Jacques Deray


Lleno absoluto en la Filmoteca de Catalunya para ver la versión restaurada de La piscine. Tal vez se deba a que muchos de los asistentes tendrán fresco el reciente remake de Luca Guadagnino Cegados por el sol (A Bigger Splash, 2015). O quizá por aquello de "sábado, sabadete..." O simplemente porque la película mantiene intacto su atractivo casi medio siglo después de ser filmada. No en vano, un señor comentaba justo antes de que diese inicio la proyección: "Tengo ganas de volverla a ver. Se estrenó en el 69, justo cuando yo tenía 29 años. La censura hizo un verdadero desastre con ella y, con tanto corte, no se entendía gran cosa..." Aunque, a decir verdad, luego el señor se ha quedado dormido un rato; pero, bueno, ése ya es otro tema.

Con guion de Jean-Claude Carrière, el propio Jacques Deray y Alain Page bajo el pseudónimo de Jean-Emmanuel Conil, La piscine plantea una situación que hoy en día puede parecer un tanto manida: Jean-Paul y Marianne, una pareja de amantes de belleza apolínea, pasan sus tórridas vacaciones de verano en una mansión con piscina cerca de Saint-Tropez (lo de tórridas, por supuesto, tiene doble acepción). Pero cuando, de improviso, se presente allí con su lujoso coche deportivo Harry, un apuesto y adinerado amigo de la pareja que viene acompañado de Pénélope, su hija de dieciocho años, la tensión irá en aumento debido a la mutua atracción que ejercerán los unos sobre los otros.



Desde el minuto uno, queda claro que ésta es una historia en la que late una fuerte pulsión erótica, máxime si la pareja protagonista está interpretada por los sex symbol Romy Schneider y Alain Delon. Claro que tampoco se quedan atrás los atractivos Maurice Ronet y Jane Birkin. En cuanto a la piscina en torno a la cual gira todo, representa una evidente metáfora (en el fondo, las cosas son mucho más turbias que en la tranquila superficie), aparte de que sirve como pretexto para que el elenco pueda lucir la perfección de su esbeltez en todo su esplendor, al tiempo que resultará clave en el desenlace.

Todo en La piscine contribuye a hacer del filme una explosión de color que contrasta con la fealdad que se oculta tras la aparente y placentera hermosura de los cuerpos y del entorno. Por algunas similitudes que comparten, se hace inevitable, además, pensar en una película americana estrenada justo un año antes: El nadador (The Swimmer), protagonizada por Burt Lancaster y dirigida por Frank Perry a partir de un relato de John Cheever. Sin embargo, puestos a hablar de parecidos, deben mencionarse los existentes con un título muy posterior: Swimming Pool (2003) de François Ozon, donde por más que la presencia de Charlotte Rampling ayude a dotarlo de interés no se llega, ni de lejos, a recrear la atmósfera de erotismo larvado del modelo que se pretendía homenajear.


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