Título original: Un homme idéal
Director: Yann Gozlan
Francia, 2015, 104 minutos
Gran arranque, pero sin llegar a buen puerto...
El hombre perfecto (2015) de Yann Gozlan |
Vivir es perder: a veces se tarda más, a veces se tarda menos, pero nadie sale indemne. Y, si no, que se lo pregunten al protagonista de Un homme idéal (2015). En el afán por ver publicada su primera novela a toda costa, el joven escritor Mathieu Vasseur (interpretado por Pierre Niney) no puede resistirse a la tentación de hacer pasar por suyo el manuscrito de Sable noir, memorias inéditas del difunto Léon Vauban, un antiguo combatiente de la guerra de Argelia, que casualmente han llegado a sus manos.
A partir de ese momento, los hechos se precipitan en una espiral tan imparable como inverosímil: de mindundi que sobrevive trabajando para una empresa de mudanzas a éxito de ventas, Vasseur no sólo obtendrá la gloria literaria sino también el amor incondicional de la bella Alice (Ana Girardot) y de su acaudalada familia.
Ana Girardot interpreta a Alice Fursac |
Por el carácter arribista del joven, se le ha comparado con el Tom Ripley de A pleno sol (Plein soleil, dirigida en 1960 por René Clément y protagonizada por Alain Delon). Aunque por la fuerza del planteamiento inicial de la trama también sería posible establecer un paralelismo, quizá menos evidente, con Tren de noche a Lisboa (Night Train to Lisbon, 2013) de Bille August. Por lo atractivo de la idea del misterioso libro/texto (que de pronto aparece para cambiar sustancialmente nuestras vidas) y por no acertar a resolverla satisfactoriamente, entiéndase. Y es que llevar a buen puerto este tipo de intrigas sólo está a la altura de genios como Hitchcock. Pero, con todo, el poder evocador de la literatura, la posibilidad que nos ofrece de imaginar o redefinir nuestra propia identidad (aunque sea a base de mentiras) están presentes en el guion de Yann Gozlan y Guillaume Lemans.
De todas formas, que nadie se llame a engaño: estamos ante una película concebida para ser un superficial producto de masas. De ahí que se deje arrastrar por el tópico del éxito fácil, del "escritor" en ciernes cuyo objetivo es publicar, vender muchos ejemplares y enriquecerse. En pocas palabras: viendo El hombre perfecto hallaremos suntuosas mansiones y coches de lujo antes que literatura de altos vuelos.
De todas formas, que nadie se llame a engaño: estamos ante una película concebida para ser un superficial producto de masas. De ahí que se deje arrastrar por el tópico del éxito fácil, del "escritor" en ciernes cuyo objetivo es publicar, vender muchos ejemplares y enriquecerse. En pocas palabras: viendo El hombre perfecto hallaremos suntuosas mansiones y coches de lujo antes que literatura de altos vuelos.
Pierre Niney es Mathieu Vasseur |
No hay comentarios:
Publicar un comentario