Director: Marcos Carnevale
Argentina/Brasil, 2013, 94 minutos
Corazón de León (2013) |
Decíamos ayer... Aprovechando que en los Cines Texas de Barcelona reponen estos días Corazón de León (la comedia argentina en la que se inspira la francesa Un hombre de altura) pues allá que nos vamos (no sin antes felicitar a sus propietarios por el reciente premio otorgado por Europa Cinemas y que muy merecidamente los distingue como mejor sala de cine de toda España).
Habiendo visto antes la copia que el original, uno constata con júbilo que lo que parecían aciertos de la versión francesa son en realidad méritos ya presentes en el guion de Betiana Blum y Marcos Carnevale. A lo que habría que sumar, además, ese irresistible gracejo bonaerense que hace de Corazón de León la película ideal para arrancarle una sonrisa hasta al más circunspecto de los espectadores.
Por otra parte, en el elenco de la misma hay una curiosidad que vale la pena destacar: es el hecho de que los actores Guillermo Francella (León) y Nicolás Francella (Toto) son de verdad padre e hijo en la vida real, lo cual aporta una considerable dosis de veracidad a lo que vemos en la pantalla.
A diferencia de lo que ocurre en Un homme à la hauteur, la banda sonora de Emilio Kauderer no incluye también canciones de moda que continuamente suenen aquí y allá, en los momentos de clímax de la historia. No: es todo mucho más sencillo y austero. Únicamente se escucha a modo de leitmotiv "Always in my mind" (el clásico popularizado por Elvis Presley, pero en la versión de John McInerny), lo cual está muy bien traído, ya que Ivana (Julieta Díaz) verdaderamente no puede quitarse de la cabeza a León desde el momento en que se conocen.
Por el amor y por... el tamaño. "¡Somos unos nazis!" Lo dice Corina (Jorgelina Aruzzi), la elocuente secretaria de Ivana. Y muy probablemente tenga razón a pesar de lo exagerado de su comentario: porque ya me dirán qué importancia tienen unos centímetros de más o de menos. Pero socialmente parece ser que sí que la tienen, sobre todo cuando es más bajo el hombre que la mujer. Claro que, al respecto, es fácil que nos asalte en seguida una duda: ¿por qué a ninguno de los personajes de la película parece importarle, en cambio, la diferencia de edad existente entre León e Ivana? Veintidós años se llevan Guillermo Francella y Julieta Díaz, aunque eso no significa que también entre los personajes que encarnan. Pero, aun así: ¿y si fuese al revés? ¿Y si Ivana se hubiese enamorado de alguien mucho más joven? Pues entonces la película se titularía 20 años no importan (20 ans d'écart), curiosamente protagonizada en 2013 por Virginie Efira, la misma actriz que ha interpretado a la abogada de Un homme à la hauteur...
Quizá algo más lenta que su remake francófono (lo cual no supone defecto alguno, sino que más bien obedece a las diferencias culturales que se dejan traslucir cuando se adapta un texto a diferentes realidades), nos falta ahora por ver cómo será la versión mejicana que ha rodado con el mismo título Jorge Ramírez Suárez, convirtiendo a Corazón de León en un caso insólito de filme que se prodiga con igual éxito por todo el mundo a pesar de las fronteras.
Habiendo visto antes la copia que el original, uno constata con júbilo que lo que parecían aciertos de la versión francesa son en realidad méritos ya presentes en el guion de Betiana Blum y Marcos Carnevale. A lo que habría que sumar, además, ese irresistible gracejo bonaerense que hace de Corazón de León la película ideal para arrancarle una sonrisa hasta al más circunspecto de los espectadores.
Por otra parte, en el elenco de la misma hay una curiosidad que vale la pena destacar: es el hecho de que los actores Guillermo Francella (León) y Nicolás Francella (Toto) son de verdad padre e hijo en la vida real, lo cual aporta una considerable dosis de veracidad a lo que vemos en la pantalla.
A diferencia de lo que ocurre en Un homme à la hauteur, la banda sonora de Emilio Kauderer no incluye también canciones de moda que continuamente suenen aquí y allá, en los momentos de clímax de la historia. No: es todo mucho más sencillo y austero. Únicamente se escucha a modo de leitmotiv "Always in my mind" (el clásico popularizado por Elvis Presley, pero en la versión de John McInerny), lo cual está muy bien traído, ya que Ivana (Julieta Díaz) verdaderamente no puede quitarse de la cabeza a León desde el momento en que se conocen.
Por el amor y por... el tamaño. "¡Somos unos nazis!" Lo dice Corina (Jorgelina Aruzzi), la elocuente secretaria de Ivana. Y muy probablemente tenga razón a pesar de lo exagerado de su comentario: porque ya me dirán qué importancia tienen unos centímetros de más o de menos. Pero socialmente parece ser que sí que la tienen, sobre todo cuando es más bajo el hombre que la mujer. Claro que, al respecto, es fácil que nos asalte en seguida una duda: ¿por qué a ninguno de los personajes de la película parece importarle, en cambio, la diferencia de edad existente entre León e Ivana? Veintidós años se llevan Guillermo Francella y Julieta Díaz, aunque eso no significa que también entre los personajes que encarnan. Pero, aun así: ¿y si fuese al revés? ¿Y si Ivana se hubiese enamorado de alguien mucho más joven? Pues entonces la película se titularía 20 años no importan (20 ans d'écart), curiosamente protagonizada en 2013 por Virginie Efira, la misma actriz que ha interpretado a la abogada de Un homme à la hauteur...
Quizá algo más lenta que su remake francófono (lo cual no supone defecto alguno, sino que más bien obedece a las diferencias culturales que se dejan traslucir cuando se adapta un texto a diferentes realidades), nos falta ahora por ver cómo será la versión mejicana que ha rodado con el mismo título Jorge Ramírez Suárez, convirtiendo a Corazón de León en un caso insólito de filme que se prodiga con igual éxito por todo el mundo a pesar de las fronteras.
León (Guillermo Francella) e Ivana (Julieta Díaz) |
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