Director: Luis Buñuel
Méjico, 1953, 81 minutos
El bruto (1953) de Luis Buñuel |
Se llama Paloma, pero es una víbora: una femme fatale azteca de mirada enigmática y exuberante melena azabache que mueve los hilos de cuanto sucede a su alrededor. Como una nueva Circe, cautiva a los hombres hasta sacar de ellos cuanto se le antoja, conduciéndolos a una perdición inexorable... Aunque el título de la película aluda a la condición de bruto del forzudo interpretado por Pedro Armendáriz, lo cierto es que no llegaría a desatarse la tragedia sin las malas artes de Paloma (Katy Jurado). Ella es quien incita al marido para que contrate los servicios de algún sicario, hacia el que la mujer acabará sintiendo una atracción fatal de funestas consecuencias para todos los personajes.
En cambio, al bestial Pedro le pasa un poco lo mismo que al Zampanò de La Strada (1954): que la brutalidad de su fiero carácter no es óbice para que el hombre llegue a transformarse gracias al amor que le inspira la tierna Meche (Rosita Arenas). Pero, aun así, la bondad parece que no tiene cabida en una cinta que critica duramente a los propietarios sin escrúpulos que, como el viejo don Andrés (Andrés Soler), están dispuestos a valerse de cualquier método con tal de echar de sus casas a los inquilinos que se resisten a abandonar el inmueble.
Con El bruto (1953), Buñuel y Alcoriza ensayan una suerte de drama pasional cuyo trasfondo deja entrever una sociedad marcada por fuertes desigualdades. Terreno propicio, por consiguiente, para los arrebatos de un triángulo en el que la lealtad entre el matón y su padrino se verá alterada por los celos que la pérfida Paloma alienta en el esposo y de los que ella misma es víctima cuando Pedro se marcha a vivir con Meche.
Sin embargo, y a pesar de todo lo que hasta ahora llevamos dicho, se aprecia, asimismo, una cierta nota feminista en el personaje de Paloma (sin duda el más interesante de la película). Aparece, fugazmente, en la escena en la que el Bruto, cediendo a la fogosidad de la mujer, intenta forzarla y ella, rechazándolo airada, responde con altivez: "¡Sinvergüenza! ¿Qué te creías? ¿Que no tenías más que agarrarme con tus cochinas manos para que ya...? [...] ¡Pues sí! Pero para eso que tú me quieres hace falta una cosa: ¡Que quiera yo!"
Grandes actores para la pareja protagonista.
ResponderEliminarIdeales para un drama de tales proporciones.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarGracias por el enlace, otra que añado a la lista, esta vez a la de "Buñuel"...
Saludos!
De nada, Fran. Por cierto que la forma de actuar de Pedro Armendáriz en esta película me recuerda un poco a Javier Bardem.
EliminarSaludos.