Título original: Grandeur nature
Director: Luis García Berlanga
Francia/Italia/España, 1974, 89 minutos
Tamaño natural (1974) de Luis García Berlanga |
Hay algo buñueliano en Tamaño natural (1974), quizás porque la película partió de una idea original de Jean-Claude Carrière que el tándem Berlanga-Azcona desarrolló hasta convertirla en una de esas cintas del exceso, como La grande bouffe (1973) de Ferreri, tan típicas del cine europeo de los setenta. Sin embargo, el fetichismo obsesivo del protagonista (Michel Piccoli), profesional liberal de mediana edad que se aísla voluntariamente del mundo para dar rienda suelta a su pasión erotómana con una muñeca hinchable, denota, en realidad, esa pulsión autodestructiva tan propia de los grandes misántropos. Hasta el extremo de que, más que el sexo o una desviación de la conducta, el tema central del filme, casi el único, no es otro sino la soledad del hombre moderno.
De hecho, y aunque el caso más flagrante sea el del ya mencionado dentista, la incomunicación afecta un poco a la mayoría de personajes. Así pues, la anciana madre de Michel (Valentine Tessier) tomará prestado el juguete del hijo para darle charla a la muñeca y de paso hacer ganchillo; el rijoso Natalio (Manuel Alexandre) aprovechará la ausencia del inquilino para, dejando de lado el escape del radiador, desahogarse con el maniquí; hasta que, por último, la cuadrilla de españolitos liderada por un flamenco Agustín González acabe raptando al oscuro objeto del deseo en el transcurso de una nochebuena de libertinaje y desenfreno. Incluso la afligida esposa del odontólogo recurrirá al ardid de adoptar el envaramiento de su rival de goma como último y desesperado intento por recuperar el interés hacia ella del marido.
También, en una célebre escena, la tersura de Catherine (nombre con el que Michel bautiza a su estática compañera) suscita la morbosidad lésbica de una sensual modista interpretada por Amparo Soler Leal, si bien su amo la rescatará a tiempo para proseguir su ritual amatorio en un vetusto apartamento parisino en el que la portera española (Queta Claver) le prepara paellas y le habla en valenciano.
¿Es Michel, además de todo lo dicho, un misógino? Pudiera ser. Porque su particular monomanía parece la propia de un individuo tan sumamente individualista que prefiere el encanto artificial de la muñeca antes que tener que aguantar los reproches de una mujer de carne y hueso. No obstante, no se trata, ni mucho menos, de un retraído, como lo demuestra la secuencia en la que seduce a una atractiva joven en el vestíbulo del hotel, sino más bien de un tipo cuya lucidez frente al hastío que lo rodea le hará refugiarse en una fantasía de consecuencias imprevisibles.
Aquesta peli la vaig veure a França perquè aquí encara no la deixaven projectar, en pocs anys tot va canviar molt.
ResponderEliminarM'imagino que devies veure-la a Perpinyà, com "El último tango en París" i d'altres títols per l'estil.
EliminarJunto a "el verdugo" y "Plácido", la película que más satisfacía a Berlanga.
ResponderEliminarLuis Buñuel echó pestes sobre ella y la calificó de casi pornográfica, algo que Berlanga no comprendió nunca y más teniendo en cuentas que Buñuel no era un mojigato precisamente y pensando que era lo que más se acercaba al cine de Buñuel de cuanto había hecho, pero esta opinión del genio de Calanda, hizo que una parte de los cineastas españoles emergentes, pusiera reparos a la calidad del film.
El maniquí que aparece en la película, fue hecho ex profeso, costó una pasta y el presidente de la Paramount, que producía la película, al enterarse de lo que había costado, manifestó que por ese precio, prefería haber contratado a Brigitte Bardot y tenerla quieta durante toda la película.
Supongo que una de las cosas que más debe molestar a un cineasta es que copien su estilo. Y si a ello le sumamos que Carrière le fue "infiel" con otro director español, se comprende el cabreo que debió de pillar don Luis respecto a la película de Berlanga.
EliminarConocía la anécdota a propósito de Bardot, aunque creo que la muñeca actúa mucho mejor que ella...
Es curioso que más o menos por la misma época se estrenó otra película con muñeca hinchable "No es bueno que el hombre esté solo" con José Luis López Vázquez. En una entrevista Berlanga contó que durante las pausas del rodaje algunos miembros (no lo digo con segundas) del equipo "Abusaron" de la muñeca hasta dejarla hecha unos zorros y tuvo que encargar otra en un sex shop que dejaba en una habitación encerrada con llave al terminar la jornada.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Conozco la película de Pedro Olea y ya tuve ocasión de comentarla aquí en el blog hace algunos años.
EliminarInteresante la anécdota que aportas sobre la muñeca, ya que, en definitiva, refleja un poco lo mismo que plantea la ficción.
Saludos
Una película ciertamente buñueliana, muy interesante. La paradoja del asunto es que el protagonista, tras la opción radical de emparejarse con una muñeca, reproduce en su extraña relación los mismo esquemas y prejuicios de una relación burguesa normal y corriente.
ResponderEliminarUn abrazo.
En el fondo, no es muy distinta de "Her" de Spike Jonze (sólo que el protagonista elige a la muñeca porque ésta jamás le pondrá pegas como haría su mujer).
EliminarUn abrazo.
La vaig veure en uns festivals de cinema que organitzaven a Ceret i Cante Plage, et podies apuntar des d'aquí i pagar, feien cinema 'intel·lectual i polític' i també podies veure alguna cosa com l'Emmanuelle, hi havia molt d'ambientillo, tu no devies ni haver nascut, he,he.
ResponderEliminarQuè interessant, Júlia! Gràcies per l'apunt autobiogràfic! Jo, efectivament, encara no havia ni nascut (tot i que sóc d'un any després de l'estrena de "Tamaño natural").
EliminarQue extraño suena todo ja... y creo que sin el humor de un Woody Allen -por ejemplo- sería bastante difícil de ver, mas para un sketch que para una película. Saludos
ResponderEliminar¿Extraño? Qué curioso: a mí me pasa lo mismo cuando leo tus entradas sobre Maradona... Tómatelo como si fuese la letra de una canción de Bowie, quizá así el argumento de "Tamaño natural" te suene más creíble.
EliminarSaludos.
Hola Juan!
ResponderEliminarQuizás visto hoy no se tenga en consideración, pero si consideramos el año de producción (creo que se estreno después de la muerte del dictador...) desde luego la apuesta tenia su riesgo. La veo con agrado.
Por cierto, que aquí todavía en 1992 había alguna farmacia que no te vendía preservativos, encima te contestaban con cierta mala leche... Disculpa por haberme desviado (como de costumbre...) del tema central...
Saludos!
Imagino que debió de ser una película muy transgresora en aquel entonces. De hecho, hubo países en los que únicamente se exhibió en los circuitos de cine porno. Eran otros tiempos (también para los farmacéuticos).
EliminarSaludos.