Director: Luis García Berlanga
España/Italia, 1963, 87 minutos
El verdugo (1963) de Luis García Berlanga |
Alegato contra la pena de muerte, a la par que comedia negrísima, El verdugo (1963) sigue siendo, por encima de todo, una de las radiografías más certeras que jamás se hayan llevado a cabo de la sociedad española. Con el sello inconfundible de Berlanga y Azcona y un reparto memorable en el que sobresalen Pepe Isbert (Amadeo), Emma Penella (Carmen) y el italiano Nino Manfredi (José Luis).
Ya desde sus títulos de crédito, amenizados con un twist de Adolfo Waitzman, se percibe enseguida el recurso primordial sobre el que se asienta la trama: ese contraste tan pronunciado entre lo festivo y lo mortuorio que va a ser la nota predominante durante la práctica totalidad de la película. Así, por ejemplo, en el garaje del servicio de pompas fúnebres, donde, entre coronas y carruajes destinados a algún sepelio, suenan las estruendosas notas jazzísticas que improvisan los músicos ociosos del cortejo. Y lo mismo pasará en la llegada al puerto de Palma, cuando el gentío aclame a las participantes en el Festival Mundial de Elegancia y Belleza que optan a la elección de Miss Naciones Unidas: júbilo desbordante en oposición a la tragedia íntima que atenaza allí mismo a José Luis Rodríguez, el modesto ciudadano de a pie al que las circunstancias, y una pareja de la Guardia Civil, obligan a que ejecute en el garrote a su primera víctima.
Sin embargo, El verdugo sobrepasa ampliamente los límites de la comedia de costumbres hasta adentrarse en lo más profundo de la idiosincrasia de un país marcado por una miseria moral cuyos síntomas se manifiestan en todos los ámbitos de la vida cotidiana. Son esos funcionarios malcarados que soportan con resignación las largas horas de tedio de un trabajo sin alicientes; la cuñada gruñona (María Luisa Ponte) que no para de meter cizaña; la mala leche de vecinos y transeúntes (como en la escena de la visita al bloque de pisos en construcción) siempre dispuestos a discutirse por un quítame allá esas pajas.
Una lucha constante por la supervivencia que llevará a los personajes al límite de lo que les dictan sus propios escrúpulos, viéndose obligados a transigir si de verdad quieren tener acceso a una vivienda digna o a un empleo que les permita sacar adelante a su familia. Dilema que hace que el protagonista termine aceptando un "oficio" que le repugna hasta el extremo de proferir ese elocuente "¡No lo haré más!", una vez consumada la fatídica sentencia, que su suegro, mucho más bregado en cuestiones de gramática parda, apostillará con un lacónico: "Eso mismo dije yo la primera vez..."
Hola Juan, no conocía el cine de Luis García Berlanga.
ResponderEliminarCon esta seguidilla de entradas tuyas, tengo un panorama del asunto.
Abrazos!
¡Uy! Pues fíjate si es importante que hasta en el diccionario de la Real Academia de la lengua figura el adjetivo "berlanguiano". Este año, por cierto, se celebra el centenario de su nacimiento. "El verdugo" es una de sus obras maestras.
EliminarUn abrazo.
Con decir que algunos la consideran la mejor película del cine español.
ResponderEliminarUna obra maestra.
Creo que el propio Berlanga se sentía más satisfecho de "Plácido", pero, aun así, yo también considero que "El verdugo" figura entre los mejores títulos de nuestra cinematografía.
EliminarMagnífica la escena en la que Pepe Isbert dice: 2Ahí no he actuado yo nunca" al saber que Manfredi va a estrenarse como verdugo a Mallorca. Y cuando la guardia civil lo busca en barca por las cuevas del Drach. Berlanga quería de protagonista a López Vázquez, pero tuvo que conformarse con un papel menor cuando el coproductor italiano impuso a Manfredi (que está genial) como protagonista.
ResponderEliminarSaludos!
Borgo.
Muy buenas todas esas escenas. Manfredi tiene algo de Arturo Fernández, lo cual le aporta una prestancia al personaje que, de haber sido López Vázquez el encargado de interpretar al protagonista, difícilmente se habría conseguido.
EliminarSaludos.
Yo soy de esos: de los que la consideran como la mejor película española de todos los tiempos. No sé cuántas veces la habré visto.
ResponderEliminarSaludos.
Efectivamente, son muchas las virtudes de una cinta en la que confluyeron personalidades de tantísimo talento.
EliminarSaludos.
Para mí, la mejor película del cine español. No tiene desperdicio, es negrísima, es lúcida, es brillante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y, sobre todo, es certera a la hora de revelar nuestra idiosincrasia.
EliminarUn abrazo.
Hola Juan!
ResponderEliminarPues la verdad no se a quien quiero mas, si a papa o a mama, "Placido" es magnifica, pero es que "El verdugo" no se queda atrás, en todo caso si que las situaría entre lo mejor del cine español con diferencia.
Ese guardia civil buscnado al verdugo en las cuevas del Drach es tremendo, bueno, lo del final ya es para caerse muerto nunca mejor dicho...
Saludos!
Pues nada: lo mejor es quedarse con ambas, ya que se trata de dos obras maestras.
EliminarSaludos.