Título original: Zerrumpelt Herz
Director: Timm Kröger
Alemania, 2014, 81 minutos
El concilio de los pájaros (2014) de Timm Kröger |
Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora...
Bécquer
1929. Una cabaña perdida en las profundidades de un recóndito bosque. El matrimonio Leinert y su amigo Willi Krück se adentran en la espesura en busca de Otto Schiffmann, un compositor que vive desde hace algún tiempo retirado del mundanal ruido, buscando inspiración en la naturaleza y el melodioso canto de los pájaros para componer su ambiciosa sinfonía. Pero al llegar allí no hay ni rastro de él...
En Zerrumpelt Herz se respira un ambiente de silencios prolongados y misteriosa quietud que se realza mediante el uso puntual de la música de Wagner y Mahler. Es, a la vez, una película de suspense y de época. Pese a lo cual, cuando finalmente aparezca Otto ni se desvelará el enigma ni dispondremos de mayor indicio para comprender el porqué de su extraña conducta.
Todo lo más, se desprende una vaga idea de panteísmo en una historia que Timm Kröger y su guionista Roderick Warich no han sabido resolver. La presentan con mucho brío, eso es cierto, pero luego se pierden en la mística del individuo frente a los árboles, del artista que se funde con la naturaleza tras penetrar sus arcanos. Para acabar desembocando en el topicazo del Adagietto de la Quinta de Mahler, cuya majestuosa languidez quedó para siempre ligada a la Muerte en Venecia de Visconti.
Quizá, nos atrevemos a sugerir, el conjunto habría salido ganando si se hubiese prescindido de cualquier tipo de banda sonora (en especial de partituras de tradición romántica excesivamente manidas), de modo que el gorjeo de las aves cobrase el protagonismo que, a juzgar por el título del filme, debiera tener.
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