sábado, 12 de octubre de 2024

El borracho (1962)




Director: Mario Camus
España, 1962, 20 minutos

El borracho (1962) de Mario Camus


Corría el curso académico de 1961-62 cuando un jovencísimo Mario Camus realizaba esta su primera práctica para el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, que en lo sucesivo pasaría a denominarse Escuela Oficial de Cinematografía (EOC). A pesar de los titubeos propios de un alumno de tercer curso al que aún le faltaban algunos años para debutar profesionalmente, lo cierto es que El borracho (1962) contenía ya muchas de las constantes que iban a caracterizar la posterior trayectoria del cineasta cántabro, entre ellas su interés indisimulado por los perdedores.

De hecho, los dos obreros que protagonizan este corto dan muestras de un espíritu de camaradería propio de quienes se saben miembros de lo que antiguamente se llamaba "clases subalternas". De ahí que uno, padre de familia, se apiade del otro, pobre alcohólico (Sergio Mendizábal) que ha pasado varios años en prisión (intuimos que por su pasado republicano).



Un paisaje suburbial de descampados y barrios humildes constituye el escenario en el que se desarrolla la acción. Algunas pinceladas (el locutor que lanza proclamas anticomunistas desde la radio del bar; el conato de discurso que, según el hijo del propietario, amenaza con pronunciar el borracho...) ayudan a contextualizar los hechos. Que desembocan, dicho sea de paso, en un crudo baño de realidad: la esposa desbordada por las circunstancias que no para de lamentarse (más aún ante la llegada del extraño a casa), la niña enferma, el chico que no para de lloriquear...

La banda sonora jazzística aporta una nota ligeramente mundana en un ambiente gris a todas luces proletario, mientras que los nombres en los títulos de crédito de futuros miembros ilustres de la promoción de Camus (Pedro Olea como ayudante de dirección, fotografía de Luis Cuadrado...) anuncian la excelente generación de cineastas que estaba por venir.



2 comentarios:

  1. Los inicios de uno de los grandes del cine moderno en España, siempre preocupado por los asuntos sociales, como queda patente en esta cinta.

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    1. Parece que Camus no quedó muy satisfecho del resultado, aunque el paso del tiempo le otorga un innegable valor documental (o por lo menos testimonial) a esta sencilla práctica académica.

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