Director: Marcel Barrena
España, 2024, 110 minutos
El 47 (2024) de Marcel Barrena |
Comencemos por el final: una película que acaba como Senderos de gloria (1957) está llamada a ser una gran película. Aunque la produzca Mediapro (pero ése ya sería otro tema). Indudablemente, los hechos en los que se basa El 47 (2024) resultan lo suficientemente emotivos como para fabricar con ellos una historia capaz de tocarle la fibra al más pintado. Un filme que habla de heroicidades personales y luchas colectivas, solidaridad obrera y justicia social.
Las protestas vecinales en la periferia barcelonesa durante los años setenta constituyen el telón de fondo para que Eduard Fernández se luzca en una de las actuaciones más memorables de su carrera, que ya es decir. Un papel, el de conductor dispuesto a secuestrar un autobús público para hacerlo llegar a su barrio, que parece hecho a medida del intérprete. En dicho sentido, Manolo Vital pertenece a esa categoría de personajes épicos que tan buen efecto provocan en pantalla, un hombre humilde, fiel a sus principios y dispuesto a luchar por un ideal por más que las circunstancias resulten adversas.
La tenacidad con la que el modesto autobusero se enfrenta a los burócratas de unas instituciones que ningunean al ciudadano da fe de la altura moral de quien prefirió no abandonar nunca las calles empinadas de su vecindario, el de Torre Baró, por convicciones ideológicas, pero sobre todo porque entre él y otros vecinos, todos ellos emigrantes llegados del sur de la Península, lo construyeron con sus propias manos para, posteriormente, tener algo que dejar en herencia a unos hijos que merecían mejores condiciones de vida.
Aparte del ya mencionado Fernández, los roles femeninos juegan también un importante papel en la trama. Carmen (Clara Segura) es la monja maestra que, además de enseñarle catalán al protagonista, colgará más tarde los hábitos por amor, mientras que Joana (Zoe Bonafonte) interpreta a la hija rebelde que, sin embargo, irá gradualmente descubriendo una conciencia social tan combativa como la del padre. Pintadas reivindicativas, conatos de huelga y oscuros funcionarios del ayuntamiento completan los ingredientes de una cinta que, en los momentos de mayor intensidad dramática, arranca más de un aplauso entre la concurrencia.
Todavía no la he visto pero parece que es muy emotiva.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin duda alguna: durante la proyección había espectadores que aplaudían espontáneamente en medio de alguna escena.
EliminarUn abrazo.