Director: Fernando Palacios
España, 1959, 88 minutos
El día de los enamorados (1959) |
Comedia amable, comedia urbanita, comedia de Galerías Preciados... Son muchas y diversas las denominaciones con las que podría ser designada una película como la que nos disponemos a comentar. Junto con Las chicas de la Cruz Roja (1958) de Rafael J. Salvia o Las muchachas de azul (1957) de Pedro Lazaga, El día de los enamorados fue uno de aquellos artefactos ambientados en un Madrid color de rosa, a menudo con Tony Leblanc y Conchita Velasco como pareja protagonista y generalmente concebidos por la mente perspicaz de productores con clara vocación comercial como Pedro Masó o José Luis Dibildos.
Sin embargo, esa capa melindrosa de jóvenes parejitas que flirtean dejaba traslucir unas intenciones mucho menos candorosas de lo que, en un principio, cabría esperar. Por una parte, se adivina enseguida un indisimulado deseo de promover la natalidad entre las clases populares que iría unido, en segundo lugar (y de ahí el que la acción se sitúe en las inmediaciones de unos grandes almacenes), al fomento del consumo por parte de sectores de la población que, a finales de los cincuenta, empezaban a disfrutar de un mayor poder adquisitivo.
Concha Velasco y Antonio Casal |
Vemos, por tanto, cómo el franquismo sociológico asomaba tímidamente la cabeza para proponer su ideal de conducta a través de una serie de películas que, ya en la década siguiente, se verían complementadas con títulos como La gran familia (1962) y sus secuelas, obra (como El día de los enamorados) del mismo equipo de guionistas y productores. En ese aspecto, queda muy claro cuál es el camino prefigurado en este filme para las cuatro parejas que un bondadoso San Valentín de misión en la Tierra (George Rigaud) tendrá la paciencia de ir uniendo: casarse para luego criar una prole tan numerosa como la que posteriormente alimentarían Alberto Closas y Amparo Soler Leal en la película antes mencionada.
Había que apuntalar el Régimen y el cine constituía el medio ideal que dorase la píldora propagandística también en tiempos de bonanza económica, aunque de forma más subrepticia y a base de afables comedias cuidadosamente fotografiadas en Eastmancolor según el modelo americano popularizado, entre otras, por Doris Day. Quizá por ello, y esperando llegar a todos los sectores de la población, los protagonistas de El día de los enamorados proceden de muy distintos grupos sociales: peluquera (María Mahor), dependienta (Concha Velasco), presentadora de televisión (la suiza Katia Loritz) o rica heredera que se hace pasar por institutriz (Mabel Karr), mientras que ellos son, respectivamente, conductor de autobús (Tony Leblanc), forofo del Real Madrid (Antonio Casal), guionista (Manuel Monroy) o médico (Ángel Aranda).
San Valentín (George Rigaud) |
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