Director: Lluís Miñarro
España, 2014, 105 minutos
"Una película de espíritu republicano, pero de estética monárquica": así ha definido Stella cadente el director y productor Lluís Miñarro en la breve presentación que ha precedido a la proyección de esta tarde en la Filmo. Peculiar aproximación a la vida de Amadeo de Saboya que suponía, por cierto, su debut en el largometraje de ficción tras los documentales Familystrip (2009) y Blow Horn (2009).
Mucho más que un filme histórico, Stella cadente es un divertimento en el que lo mismo tienen cabida una esmerada reconstrucción de los ambientes decimonónicos en el vestuario y las localizaciones que canciones pop francesas de los años sesenta y setenta. Al respecto, no deja de ser chocante que, por ejemplo, todo un rey (Alex Brendemühl) se ponga a bailar en el momento de mayor tensión dramática al compás de "À présent tu peux t'en aller" de los Surfs. O que los títulos de crédito finales vayan acompañados de la misma canción, seguida de otro hit yeyé: "Comment te dire adieu ?" de Françoise Hardy.
Y, tras haber visto la peli, el propio director nos ha aportado más claves para acabar de entender toda la simbología que encierra la misma. De entrada, mostrando muchas de las referencias pictóricas que pueden rastrearse en la composición de varios encuadres: "El hombre desesperado" o "El origen del mundo", ambos de Gustave Courbet, los desnudos de Lucian Freud, el claroscuro de Caravaggio, "El retrato del Duque de Wellington" de Goya, el colorido del japonismo o el cuadro anónimo que muestra a Amadeo I de Saboya ante el féretro de Prim son sólo algunas de ellas.
Se trata, como vemos, de un enfoque que confiere un protagonismo esencial a la sensualidad, aunque también admite Miñarro haberse inspirado en el cine mudo alemán o en cintas más recientes como Eyes Wide Shut. Asimismo, aparecen en momentos puntuales de la película elementos concretos de filiación cinéfila, como ese tambor (fabricado en Calanda) que cruza rodando uno de los salones de palacio y que es una clara referencia a Segundo de Chomón y a Luis Buñuel.
Para Miñarro es ésta una película que habla del presente, de la historia reciente de España y de los males que aún la acechan, a pesar de inspirarse en hechos acontecidos en el siglo XIX, durante el compás de espera que separó el fin del Romanticismo de la edad contemporánea. En ese sentido, el personaje que, según el director, representa mejor al país (ayer como hoy) es Eloísa, la cocinera interpretada por Lola Dueñas: afectuosa, algo folclórica, pero con muy pocas luces.
Mucho más que un filme histórico, Stella cadente es un divertimento en el que lo mismo tienen cabida una esmerada reconstrucción de los ambientes decimonónicos en el vestuario y las localizaciones que canciones pop francesas de los años sesenta y setenta. Al respecto, no deja de ser chocante que, por ejemplo, todo un rey (Alex Brendemühl) se ponga a bailar en el momento de mayor tensión dramática al compás de "À présent tu peux t'en aller" de los Surfs. O que los títulos de crédito finales vayan acompañados de la misma canción, seguida de otro hit yeyé: "Comment te dire adieu ?" de Françoise Hardy.
Bárbara Lennie encarna a la reina María Victoria |
Y, tras haber visto la peli, el propio director nos ha aportado más claves para acabar de entender toda la simbología que encierra la misma. De entrada, mostrando muchas de las referencias pictóricas que pueden rastrearse en la composición de varios encuadres: "El hombre desesperado" o "El origen del mundo", ambos de Gustave Courbet, los desnudos de Lucian Freud, el claroscuro de Caravaggio, "El retrato del Duque de Wellington" de Goya, el colorido del japonismo o el cuadro anónimo que muestra a Amadeo I de Saboya ante el féretro de Prim son sólo algunas de ellas.
Se trata, como vemos, de un enfoque que confiere un protagonismo esencial a la sensualidad, aunque también admite Miñarro haberse inspirado en el cine mudo alemán o en cintas más recientes como Eyes Wide Shut. Asimismo, aparecen en momentos puntuales de la película elementos concretos de filiación cinéfila, como ese tambor (fabricado en Calanda) que cruza rodando uno de los salones de palacio y que es una clara referencia a Segundo de Chomón y a Luis Buñuel.
Corona expresionista: Miñarro tuvo la idea sentado en el retrete de casa |
Para Miñarro es ésta una película que habla del presente, de la historia reciente de España y de los males que aún la acechan, a pesar de inspirarse en hechos acontecidos en el siglo XIX, durante el compás de espera que separó el fin del Romanticismo de la edad contemporánea. En ese sentido, el personaje que, según el director, representa mejor al país (ayer como hoy) es Eloísa, la cocinera interpretada por Lola Dueñas: afectuosa, algo folclórica, pero con muy pocas luces.
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