jueves, 24 de marzo de 2016

La sangre del cóndor / Yawar mallku (1969)




Título original: Yawar mallku
Director: Jorge Sanjinés
Bolivia, 1969, 70 minutos

La sangre del cóndor (1969) de Jorge Sanjinés


La verdad por delante: La sangre del cóndor es una película que muy fácilmente podría ser acusada de panfletaria y maniquea. Pero ello no es óbice para que se pase por alto la terrible situación sociopolítica que la suscitó. La persecución y masacre de las comunidades indígenas en toda la América Latina, la esterilización de sus mujeres en clínicas especialmente diseñadas para ello, la injerencia del gobierno norteamericano en los asuntos locales, el terrorismo de Estado... son sólo algunos ejemplos de una crudelísima realidad que azotó a la mayor parte del continente, dominado durante decenios por atroces dictaduras militares.

El cine de Sanjinés es combativo y, como tal, no duda en tomar partido por quienes él considera víctimas inocentes que un día debieran rebelarse. De ahí que opte por darle el protagonismo a la lengua quechua, al folclore del Altiplano (en especial a la quena, flauta aborigen que lleva el peso de la banda sonora del filme), a la aldea frente a la gran ciudad (los amenazantes rascacielos aparecerán como fieros monstruos a ojos de Paulina), al chamán capaz de vislumbrar el porvenir con tan sólo dejar caer sobre el suelo las hojas de coca (equivalente andino del cauri africano) o a la indumentaria típica de los indios, quienes rechazarán las prendas de vestir occidentales que prácticamente les imponen los gringos de la clínica.

Sixto mira fijamente a Paulina mientras Ignacio agoniza


Narrativamente, Yawar mallku se estructura en forma de contrarreloj a la que Sixto debe enfrentarse para conseguir la transfusión de sangre y los medicamentos que logren salvar la vida de su hermano Ignacio, mártir de la represión que conlleva el alzamiento de la comunidad contra los americanos. Será un flashback el que nos permita saber esto último, porque lo interesante es que a Ignacio lo hemos conocido, en la escena inicial, como maltratador de su mujer Paulina. De modo que se comprende que es la alienación que padece el personaje la que engendra todavía más violencia en su entorno.

Junto con el Cinema novo en Brasil, películas como la boliviana La sangre del cóndor supusieron un intento revolucionario de dar la voz a los más desfavorecidos para denunciar los atropellos de que eran objeto, así como las componendas de quienes, como el médico que ofrece un discurso a sus colegas extranjeros antes del almuerzo en un selecto club para criollos, se llenaban la boca hablando de progreso pero miraban hacia otro lado cuando la miseria (en este caso personificada en Sixto) irrumpía por la puerta para pedir auxilio.


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