Título original: Die Welle
Director: Dennis Gansel
Alemania/Francia, 2008, 107 minutos
La ola (2008) de Dennis Gansel |
Lo que debía ser un simple proyecto educativo en torno al concepto de autocracia se le acaba yendo de las manos a un profesor cuyos métodos entusiasman peligrosamente a los alumnos del instituto de enseñanza secundaria en el que ejerce como docente y entrenador de waterpolo. Teniendo en cuenta que dicha institución se encuentra, además, en Alemania, los paralelismos con el ascenso del nazismo se vuelven todavía más evidentes.
Son varios los motivos que hacen de Die Welle (2008) una película especialmente turbadora, sobre todo porque nos recuerda lo fácil que resulta despertar entre los jóvenes un instinto sectario que fomente la obediencia ciega y el culto a la personalidad. A este respecto, bastarán tan sólo unos cuantos elementos identitarios (un nombre, un logo, un saludo, un uniforme...) para que los miembros de La Ola se dejen arrastrar hacia una vorágine de fatales consecuencias.
Pese a tratarse de un caso extremo, basado en una experiencia real que tuvo lugar en California en 1967, el guion pone de manifiesto que son los individuos más vulnerables quienes acogen con mayor entusiasmo la posibilidad de ver compensados sus complejos en el seno de una organización donde el carácter de cada uno queda eclipsado bajo la uniformidad de sus camisas blancas. Así pues, Wenger (Jürgen Vogel) se viene arriba cuando comprueba que hasta la directora del centro le felicita por la labor que está llevando a cabo con los chicos, mientras que el pobre Tim (Frederick Lau), el típico alumno retraído y con problemas familiares, cree haber encontrado finalmente una comunidad en la que encaja.
Nadie mejor que un realizador alemán para plantear tremenda situación, a sabiendas de que todo lo que diga levantará ampollas en un país en el que el solo recuerdo de lo que acarrea un régimen dictatorial suele poner en guardia a la opinión pública. En ese orden de cosas, la dirección de Dennis Gansel resulta ágil y fresca, si bien un tanto truculenta en su afán de llevar al límite el desenlace de la misma.
Hay más casos de estos de los que algunos puedan creer.
ResponderEliminarYa lo creo: manipular a la gente forma parte consustancial de la cultura de masas en la que vivimos inmersos.
EliminarGran película. Es cierto que se lleva al límite, pero necesita eso para ser turbadora.
ResponderEliminarAnoche vi "Entre Copas", paso por tu entrada a revisar la reseña y comentar.
Abrazos, y gracias por la grandiosa recomendación. Creo que ahora tengo varias citas con Payne.
A mí lo que más me gusta de la película son esos chicos, pocos, que tienen el suficiente personalidad como para mantenerse al margen de La Ola.
EliminarMe paso a ver tu comentario sobre "Entre copas".
Abrazos, Frodo.
Una reflexión muy pertinente, sobre para los tiempos que corren.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto. En su momento se hizo hasta una adaptación teatral de la película, que tuve ocasión de ver en el Lliure de Gràcia.
EliminarUn abrazo.
La película es muy buena (y tremenda), una aproximación al tema de la manipulación de mentes aún no maduras, y de lo peligroso que resulta.
ResponderEliminarSaludos!
Un tema que, por desgracia, sigue a la orden del día.
EliminarSaludos.