Director: Juan Bosch
España, 1961, 92 minutos
Regresa un desconocido (1961) de Juan Bosch |
Barcelona, bajos fondos... Como suele decirse en estos casos, un sobrio ejercicio de cine negro con todos los ingredientes habituales del género: timbas, alcohol y una muerte accidental. También un desfalco millonario que provoca el encarcelamiento del protagonista. Aunque Juan Valdés (Arturo Fernández) descubre que ha sido víctima de una sucia encerrona, por lo que, habiendo cumplido los tres años de su condena, no parará hasta vengarse de los tipos que le hicieron caer en desgracia.
Segunda colaboración, tras la muy notable A sangre fría (1959), entre Arturo Fernández y el director Juan Bosch, Regresa un desconocido (1961) contó, asimismo, con un excelente plantel de secundarios entre los que, aparte de Luis Induni (Andrés) o Pedro Osinaga (Pardo), destaca la presencia de Jorge Rigaud en el papel del ambiguo Ignacio. En cambio, el personaje interpretado por la austríaca Edith Elmay (Laura) se queda a medio camino entre una femme fatale un tanto descafeinada y la redimida amante de Valdés.
No puede decirse que el guion de la película, coescrito entre el propio Bosch y Ángel G. Gauna, profundice excesivamente en las motivaciones de unos personajes que no pasan de ser meros estereotipos. A fin de cuentas, esa indefinición le viene bien a una cinta que, como los grandes títulos del cine negro, destaca más por la atmósfera que recrea, con sus escenas nocturnas rodadas en los callejones del Barrio Chino o a orillas del mar, que no por lo que realmente explica.
A este respecto, Bosch demuestra su maestría en la claustrofóbica secuencia del tiroteo que tiene lugar en el interior de una fábrica, filmando a los actores en escorzo mediante el uso de acusados planos en contrapicado. Que el pérfido Mario (Rafael Navarro) mueva los hilos de una peligrosa red criminal parece lo de menos: aquí lo interesante radica en la plasmación en imágenes de la intrincada disputa entre quienes abrazan el mal sin ambages y los que, tras no pocos percances, optan finalmente por regenerarse.
Una de tantas películas del "noir" hispano, desgraciadamente olvidadas. Un género en el hay algunas perlas que no tienen nada que envidiar a otras del cine europeo, incluso del norteamericano, más modestas, pero de cierta calidad y más teniendo en cuenta la diferencia de medios.
ResponderEliminarDesde luego: películas como ésta son totalmente reivindicables.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarAnotada y colocada en "preferente". ¿Te imaginas guiones como este sin la espada de Damocles amenazando las cabezas sus guionistas? ¿Qué hubiera sido de tantas y tantas películas sin la censura de la época? También es cierto que las dificultades hacen florecer el ingenio, o eso dicen, pero bueno, limitados estaban...
Saludos!
¡Buf! No sé yo, Fran... Por más que la censura agudice el ingenio, me parece que siempre vale más vivir en libertad.
EliminarSaludos