Título original: The Only Living Boy in New York
Director: Marc Webb
EE.UU., 2017, 89 minutos
Canción de Nueva York (2017) de Marc Webb |
Aspiraba a ser un drama edípico con un cierto toque indie y, sin embargo, se quedó en insulso folletín con ínfulas sofisticadas, un filme "pasable" rebosante de postureo intelectualoide a lo Woody Allen, aunque desprovista por completo de sus agudezas (si no fuera por aquello de que "el barrio más animado de Nueva York es Filadelfia…").
Lo confieso: como más de uno, me dejé seducir por el título. Que coincide con el de una de mis canciones preferidas de Simon & Garfunkel. Pero "The Only Living Boy in New York" (película) no es tan buena como su homónimo musical. Y aunque el tema original se escuche de fondo durante algunos segundos, lo cierto es que la cinta del director de videoclips Marc Webb dista mucho de ser una obra maestra.
Para empezar, ni Jeff Bridges transmite la más mínima credibilidad en su papel de novelista alcohólico ni las interpretaciones del resto de actores van mucho más allá a la hora de dar vida a los burgueses ilustrados que protagonizan el filme. De entre los que destaca Pierce Brosnan, quien encarna a un reputado editor neoyorquino cuya crisis matrimonial amenaza con afectar a su ya de por sí inestable hijo Thomas (Callum Turner). Sobre todo cuando éste, perdidamente enamorado de la librera Mimi (Kiersey Clemons) y siempre inquieto por las tendencias depresivas de una madre bipolar (Cynthia Nixon), descubre que su padre tiene una amante (Kate Beckinsale) por la que el muchacho se sentirá fatalmente atraído.
Al margen de su inverosímil trasfondo literario, vagamente freudiano, el tema de fondo que planea en todo momento a lo largo del filme es la gradual pérdida de identidad de la propia ciudad de Nueva York a consecuencia del voraz proceso de gentrificación al que durante decenios se ha visto sometida. Una esencia añorada por buena parte de los personajes, ya desde las palabras introductorias de W.F. Gerald (Bridges), en el transcurso de veladas eruditas en las que unos y otros se lamentan de la desaparición de tal librería, reconvertida en gimnasio donde practicar spinning, o de aquel afable charcutero de la esquina cuyo local ocupa ahora un Starbucks.
No creo haber visto siquiera el trailer, pero leyéndote como que no me dan muchas ganas, por más actores famosos pueda tener.
ResponderEliminarLo pensaré.
Un beso.
No te dejes influir por lo que leas en un blog de cine. A fin de cuentas, mis opiniones no dejan de ser fruto de mis propios prejuicios.
EliminarBesos.
Hola Juan!
ResponderEliminarCreo que en ocasiones la mala elección de un actor o actriz puede perjudicar seriamente a la historia. Tengo especial predilección por Jeff Bridges, ademas es un tipo que cae bien, en todo caso doy por buena tu apreciación sobre ese personaje al cual no acabas de creer.
Por cierto, casualmente ayer noche en el trabajo me metí una buena dosis de Simon&Garfunkel, son como la pastilla de Matrix, es escucharlos y me siento de nuevo en los 70...jeje
Que tengas un buen finde, saludos!
Es curioso lo de Jeff Bridges porque cuando hace de viejo sheriff a punto de jubilarse (caso de la portentosa "Comanchería") me parece excelente. Aquí, sin embargo, no he conectado con él. ¡Qué se le va a hacer! Supongo que, por deformación profesional, el hecho de ser profesor de literatura me lleva a mostrarme especialmente receloso con este tipo de películas.
EliminarSaludos.