Título en español: ¡Problemas!
Directora: Ema Edosio
Nigeria, 2018, 84 minutos
Kasala! (2018) de Ema Edosio |
Menos prolífico que Bollywood, pero aun así por delante de la industria estadounidense en cuanto a volumen de producción, el Nollywood nigeriano es capaz de generar una media de hasta mil doscientas películas por año. La inmensa mayoría de las cuales de bajo presupuesto, ça va de soi, aunque la escasez de medios no sea óbice para que una nueva generación de cineastas dé rienda suelta a su creatividad.
Buena prueba de ello es Kasala! (algo así como "¡Problemas!" en lengua yoruba), que esta tarde se ha presentado en la Filmoteca de Catalunya con motivo del Wallay! o Festival de Cine Africano de Barcelona. Ema Edosio, directora del filme, comentaba tras la proyección que con este largometraje ha querido dedicar su personal carta de amor a la ciudad de Lagos, una megalópolis de casi veintidós millones de habitantes en la que nada funciona y donde, por lo tanto, no queda más remedio que tomarse las cosas con sentido del humor.
Porque quienes aún alberguen la imagen de África como el continente de la pobreza y los conflictos armados inacabables se van a encontrar en Kasala! con una comedia fresca y dinámica, al más puro estilo slapstick, aunque también con una cierta dosis de neorrealismo social y hasta un eco remoto de nuestra picaresca del Siglo de Oro. Cierto que los personajes gritan muchísimo, como si estuviesen de contino discutiendo acaloradamente, pero es que en Nigeria, aclara Edosio, todo el mundo tiene la costumbre de hablar así.
El planteamiento, como en los clásicos del cine italiano de posguerra, no puede ser más simple: un muchacho toma prestado el coche de su tío, sin permiso, para irse de fiesta con los amigos. Ni que decir tiene que uno de ellos, el torpe del grupo, lo destrozará al estrellarse accidentalmente contra una pared. A partir de ese momento, los cuatro deberán arrastrar el automóvil por las calles de la capital en una contrarreloj frenética para conseguir el dinero con el que reparar los cuantiosos desperfectos ocasionados.
Porque quienes aún alberguen la imagen de África como el continente de la pobreza y los conflictos armados inacabables se van a encontrar en Kasala! con una comedia fresca y dinámica, al más puro estilo slapstick, aunque también con una cierta dosis de neorrealismo social y hasta un eco remoto de nuestra picaresca del Siglo de Oro. Cierto que los personajes gritan muchísimo, como si estuviesen de contino discutiendo acaloradamente, pero es que en Nigeria, aclara Edosio, todo el mundo tiene la costumbre de hablar así.
El planteamiento, como en los clásicos del cine italiano de posguerra, no puede ser más simple: un muchacho toma prestado el coche de su tío, sin permiso, para irse de fiesta con los amigos. Ni que decir tiene que uno de ellos, el torpe del grupo, lo destrozará al estrellarse accidentalmente contra una pared. A partir de ese momento, los cuatro deberán arrastrar el automóvil por las calles de la capital en una contrarreloj frenética para conseguir el dinero con el que reparar los cuantiosos desperfectos ocasionados.
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