Título original: The Bigamist
Directora: Ida Lupino
EE.UU., 1953, 80 minutos
El bígamo (1953) de Ida Lupino |
Película acertijo a partir de un dilema moral, El bígamo (1953) parte del presente para, a través de un largo flashback, ponernos en antecedentes de por qué Harry Graham (interpretado por Edmond O'Brien) ha terminado llevando una doble vida. En realidad, dicho planteamiento sitúa al espectador en la tesitura de tener que juzgar la conducta de un hombre que, en realidad, actúa movido por la enorme soledad que preside su vida de viajante comercial.
Y, aunque a priori enjuiciar a un bígamo parecería muy fácil, el veredicto final acaba conduciéndonos a una disyuntiva de muy difícil solución, que Mister Jordan (Edmund Gwenn) no dudará en expresar en voz alta: "No puedo entender mis sentimientos hacia usted: le desprecio y, al mismo tiempo, le compadezco. Ni siquiera quiero estrechar su mano, y sin embargo, casi le deseo suerte."
La estructura narrativa de The Bigamist plantea algunas similitudes con otra película protagonizada por Edmond O'Brien algunos años antes: D.O.A., dirigida por Rudolph Maté en 1949 y que aquí se tituló Con las horas contadas. Exponía la historia de un hombre que llega moribundo a un hospital diciendo que lo han envenenado ('Death On Arrival' o 'Ingresar cadáver' sería la traducción de las siglas del título original). El resto de la película consistía en reconstruir sus pasos hasta ese preciso instante, con la incógnita de si finalmente se salvaría o no.
Ya desde el título, en El bígamo se nos hace saber que Graham está casado con dos mujeres a la vez, por lo que el factor sorpresa al estilo de la muy posterior Up in the Air (Jason Reitman, 2009) desaparece. No es eso lo que aquí se busca, sino todo lo contrario: más que el morbo folletinesco, lo que se está sacando a la palestra es un caso de conciencia que nos interpela ante la necesidad de comprender la frustración que generan las sociedades modernas en el individuo.
Llego aquí luego de leer a Fran, y me gustó tu reseña, tanto que me apunto la película sin dudas.
ResponderEliminarY con tu permiso, por aquí me quedo.
Un beso.
Pues los amigos de Fran son amigos míos, así que encantado de tenerte a bordo.
EliminarSaludos,
Juan