Título original: Cadaveri eccellenti
Director: Francesco Rosi
Italia/Francia, 1976, 120 minutos
«La verità non è sempre rivoluzionaria...»
Excelentísimos cadáveres (1976) |
La acostumbrada contundencia moral del cine de Francesco Rosi se manifestaba en todo su esplendor en estos Excelentísimos cadáveres con los que se pretendía, a partir de la novela Il contesto (1971) de Leonardo Sciascia, destapar una supuesta confabulación orquestada desde las altas esferas italianas. Ya la secuencia inicial, un plano largo de las catacumbas con insertos de los rostros de las momias allí olvidadas, está cargado de intenciones: más que de política-ficción, nos da a entender Rosi, su película versará sobre el terror de la realidad.
Porque el ecuánime inspector Amerigo Rogas (Lino Ventura) va a ser el encargado de ir, poco a poco, desgranando quién se encuentra tras la serie de asesinatos que se están cobrando la vida de algunos honorables jueces de la magistratura. Y aunque, inicialmente, dirige sus pesquisas hacia el entorno mafioso, el jefe de la policía (Tino Carraro) prácticamente obligará a Rogas a cambiar su línea de investigación, con la finalidad de inculpar a la extrema izquierda en dichas muertes.
Cartel de la versión francesa |
Rodada en un momento histórico en el que los rumores de intentona golpista, la intensa actividad de las alcantarillas del Estado o el profundo ascendente del Partido Comunista Italiano sobre la sociedad de aquel país eran un fenómeno cotidiano, Cadaveri eccellenti forma parte, junto con El caso Mattei (1972) o Salvatore Giuliano (1962), de la producción más políticamente comprometida de Rosi.
Fernando Rey y el sueco Max von Sydow, por aquel entonces ya consolidados como estrellas internacionales, interpretan al Ministro de Seguridad y al Presidente de la Corte Suprema, respectivamente.
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