Director: David Trueba
España, 2023, 117 minutos
Saben aquell (2023) de David Trueba |
Que un madrileño como David Trueba, con la que está cayendo, se aventure a rodar una película en catalán pone de manifiesto la altura moral de un tipo cuyo criterio queda muy por encima de según qué prejuicios. Aunque el idioma no debería ser nunca lo más relevante cuando los asuntos que se narran poseen suficiente fuerza por sí mismos. Y eso es precisamente lo que ocurre con Saben aquell (2023), biopic a propósito de Eugenio que elude la tentación de limitarse al carácter cómico del personaje para, en cambio, profundizar en el drama interior del hombre público.
Si después de la transmutación que lleva a cabo David Verdaguer, impecable en su forma de encarnar al célebre humorista, no le conceden el Goya al mejor intérprete masculino, quedará por completo probada la absurdidad de los premios cuando éstos no van a parar a su justo merecedor. El caso es que su tono de voz, así como la imperturbabilidad con la que adorna al protagonista, producen la ilusión de estar frente al auténtico Eugenio, aquél que arrasaba a principios de los ochenta vendiendo casetes con sus chistes.
Sin embargo, el meollo de la trama no reside tanto en la faceta artística de alguien que iba para joyero antes de que el destino le llevase por otro camino muy distinto, sino la historia de amor que le unió a Conchita (Carolina Yuste) cuando ambos decidieron formar el dúo musical Els dos. Y no es que obtuvieran precisamente un éxito rotundo con sus canciones. Fue más bien que al respetable, a veces tan cruel, le gustaron más las ocurrencias del barbudo circunspecto sempiternamente vestido de negro, hasta el extremo de convertirlo en un fenómeno de masas.
Hay un momento, hacia el final, en el que Eugenio sentencia que ha sido un mal padre, un mal hijo, un mal hermano y, sobre todo, un mal marido. Sentimiento de culpa que contrasta vivamente con la inmensa popularidad que adquiere a partir de sus incursiones televisivas en espacios como el Un, dos, tres... responda otra vez (genial el cameo de Paco Plaza haciendo de Chicho Ibáñez Serrador) o el magacín de Mónica Randall, que se interpreta a sí misma en otra fugaz aparición. De lo cual se deduce, por irónico que parezca, hasta qué punto lo profesional acabó interfiriendo en la estabilidad personal y familiar de un individuo bastante más frágil de lo que, a simple vista, su imagen pudiera dar a entender.
Aún quedan personas con la suficiente inteligencia como para no dejarse arrastrar por cavernícolas e interesados que solo se diferencian entre sí por haber nacido en Cataluña o en otras regiones de España, ya que al final, son dos caras de la misma moneda. David es un tipo inteligente y tolerante.
ResponderEliminarLa verdad es que todos los miembros del clan Trueba se caracterizan por esa misma clarividencia.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarNo había visto el tráiler hasta ahora, me acabo de quedar alucinando con el sorprendente parecido y como clava la voz Verdaguer. Me tiene muy buena pinta esta película.
Saludos!
Yo creo que su principal virtud radica en el hecho de que trasciende la imagen típica en torno al humorista para llegar al fondo de lo que verdaderamente se escondía tras esa máscara. Sin duda, una de las películas del año.
EliminarSaludos-
A mí también me parece una de las mejores películas de la temporada. Sencilla y audaz al mismo tiempo, contenida y también emotiva.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es. Hace tres años, por cierto, ya tuve ocasión de comentar en el blog el documental de Moreno, Baig i Rovira a propósito del genial humorista.
EliminarUn abrazo.