Título original: Das schönste Paar
Director: Sven Taddicken
Alemania/Francia, 2018, 97 minutos
La pareja perfecta (2018) de Sven Taddicken |
Un cierto aire hanekiano planea sobre la trama de Das schönste Paar, en especial durante su arranque, cuando tres jóvenes (como si de un nuevo Funny Games se tratase) irrumpen en el apartamento de una pareja alemana de vacaciones en Mallorca y, tras agredirlos, violan a la mujer. A partir de ese momento Malte (Maximilian Brückner) y Liv (Luise Heyer) deberán reincorporarse a la normalidad de sus respectivos puestos de trabajo, ambos profesores (él de música; ella de ciencias) en un instituto de secundaria.
Pero los fantasmas de aquella vivencia traumática regresarán de improviso dos años más tarde, ya que una noche, después de ensayar con su grupo de rock, Malte se cruza casualmente con el cabecilla de los adolescentes, ahora centrado y con novia. Preso de una crispación febril, el que fuera víctima se deja arrastrar por una irrefrenable sed de venganza...
Heredero del mejor cine de suspense, el cineasta Sven Taddicken (Hamburgo, 1974) escribe y dirige un thriller con toques de Hitchcock que es también una reflexión en torno a temas como la estabilidad emocional o el perdón. A este respecto, resulta sumamente interesante el hecho de cómo la pareja protagonista, pese a las secuelas que complican su vida sexual, refuerza sus vínculos después del ultraje al que son sometidos, mientras que la posibilidad de desquitarse estará a punto de dar al traste con su relación.
No obstante, es esa misma morbosidad la que, contagiándose al espectador, favorece que la acción avance, aun a costa de que la verosimilitud se resienta en determinadas escenas (¿de verdad es tan fácil colarse en casa ajena dando un simple puntapié a la puerta? ¿Y además dos veces?). Gajes del género que no impiden, sin embargo, que el interés de la historia decaiga en ningún momento.
Pero los fantasmas de aquella vivencia traumática regresarán de improviso dos años más tarde, ya que una noche, después de ensayar con su grupo de rock, Malte se cruza casualmente con el cabecilla de los adolescentes, ahora centrado y con novia. Preso de una crispación febril, el que fuera víctima se deja arrastrar por una irrefrenable sed de venganza...
Heredero del mejor cine de suspense, el cineasta Sven Taddicken (Hamburgo, 1974) escribe y dirige un thriller con toques de Hitchcock que es también una reflexión en torno a temas como la estabilidad emocional o el perdón. A este respecto, resulta sumamente interesante el hecho de cómo la pareja protagonista, pese a las secuelas que complican su vida sexual, refuerza sus vínculos después del ultraje al que son sometidos, mientras que la posibilidad de desquitarse estará a punto de dar al traste con su relación.
No obstante, es esa misma morbosidad la que, contagiándose al espectador, favorece que la acción avance, aun a costa de que la verosimilitud se resienta en determinadas escenas (¿de verdad es tan fácil colarse en casa ajena dando un simple puntapié a la puerta? ¿Y además dos veces?). Gajes del género que no impiden, sin embargo, que el interés de la historia decaiga en ningún momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario