Título original: The Touch / Beröringen
Director: Ingmar Bergman
EE.UU./Suecia, 1971, 115 minutos
La carcoma (1971) de Ingmar Bergman |
Cuando se estrenó The Touch (La carcoma, en su inefable traducción castellana), hubo cierta controversia a propósito de si Bergman se había dejado domesticar por la todopoderosa industria americana. Reproche que hoy, viviendo en plena aldea global, puede parecer absolutamente infundado, pero que tenía su origen en el hecho de que buena parte de la película se rodó en inglés con la participación en el reparto, por primera vez, de un actor estadounidense (Elliott Gould).
Al margen de este tipo de anécdotas —que, por otra parte, ponen de manifiesto hasta qué punto eran obtusos quienes se consideraban garantes de no sé qué pureza en función de vaya usted a saber qué suspicacias—, la cinta en cuestión revela, una vez más, la absoluta clarividencia del sueco a la hora de penetrar los más hondos entresijos de la psicología femenina.
Porque Karin (Bibi Andersson) se tendrá que debatir entre la fría comodidad familiar que le ofrece su marido (Max von Sydow) y la pasión impredecible de un amante (Gould) cuya inestabilidad emocional parece provenir de su condición de superviviente del holocausto nazi.
En ese afán por alcanzar "la expresión total del amor" (como rezaba el cartel publicitario del filme), Karin abandonará el confort hogareño para irse a Londres tras los pasos del arqueólogo, aun intuyendo que, al igual que la imagen de la Virgen hallada en el interior de una antigua muralla, todo amour fou contiene en sí mismo el germen que acabará por corroerlo conforme avance el tiempo.
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