Título original: A vizsga
Director: Péter Bergendy
Hungría, 2011, 89 minutos
The Exam (2011) de Péter Bergendy |
Partiendo de un supuesto similar al planteado en La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006) a propósito de los métodos de la Stasi en la antigua RDA, la húngara A vizsga recreaba la atmósfera de creciente desconfianza en el Budapest posterior a la contrarrevolución del 56. Una ciudad de calles mojadas y lóbregos túneles que podría recordar vagamente a la Viena de El tercer hombre y en la que pasar de gato a ratón dependía muchas veces de cómo soplaba el viento. Porque el Gran Hermano que imaginara Orwell fue tal vez en ese período y en dicha área geográfica (la de los regímenes socialistas) más real que nunca. Hasta el punto de que los espías espiaban a los espías.
Instalado en un discreto apartamento, el joven agente Jung (Zsolt Nagy) se hace pasar por profesor particular de alemán. Pero, en realidad, se trata de un piso franco utilizado por los servicios de inteligencia para contactar con informantes y recibir sus valiosas confesiones. Hasta aquí todo "normal" (al menos desde la óptica de los sistemas totalitarios). Sólo que, en el edificio de enfrente, otro grupo de hombres, liderados por el camarada Markó Pál (János Kulka), se encarga de la estricta vigilancia de Jung para poner a prueba su competencia.
Con el teleobjetivo de estos disciplinados funcionarios avizorando a todas horas a través de los visillos resulta fácil acordarse de un referente cinematográfico más, aunque de connotaciones totalmente distintas: La ventana indiscreta de Hitchcock. Pese a que no es exactamente un crimen lo que se intenta esclarecer aquí, sino averiguar quién es digno de confianza, quién acabará aprobando el examen.
Algo que se complica al entrar en juego una atractiva mujer, simbólicamente llamada Éva (Gabriella Hámori) y que parece estar unida sentimentalmente con Jung, cuyo nombre también hace pensar en el discípulo de Freud que acuñó los términos inconsciente colectivo y arquetipo. De hecho, los personajes responden en su mayoría a un arquetipo determinado: la mujer fatal, el superior, los subordinados... Sólo que las apariencias engañan y uno nunca puede estar seguro de hasta qué punto fiarse de los demás. Ya que es justamente de eso de lo que nos habla The Exam: de cómo, bajo determinadas circunstancias, toda una sociedad puede acabar asumiendo la delación como un método natural para abrirse paso, aunque sea a costa de quienes antes te brindaron su amistad.
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