viernes, 16 de julio de 2021

La voz humana (2020)




Título original: The Human Voice
Director: Pedro Almodóvar
España, 2020, 30 minutos

La voz humana (2020) de Almodóvar


La fascinación de Almodóvar por Cocteau, y en particular hacia La voix humaine (1930), viene de muy antiguo. Ya en La ley del deseo (1987) se incluía un fragmento de este monólogo, interpretado en aquel entonces por una Carmen Maura pletórica. Un año más tarde, la misma obra le serviría también de inspiración para escribir el guion de la aclamada Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). Pero es que a comienzos de 1985, en una entrevista concedida por el cineasta al programa Autorretrato de RTVE, mencionaba el nombre del autor francés (minuto 28) entre sus posibles proyectos de cara al futuro.

Queda claro, por tanto, que estamos ante un artista de ideas fijas y sumamente perseverante en la consecución de sus objetivos. Por eso, una vez acabado el confinamiento impuesto por la pandemia, se lanzó de inmediato al rodaje de este mediometraje de apenas media hora de duración en el que la británica Tilda Swinton, una versión actualizada de la mujer protagonista, menos sumisa y más exuberante que en el texto original, da rienda suelta al frenesí que bulle en su interior tras haber sido abandonada por su pareja.



Tanto la colorista puesta en escena como el hecho de haber filmado en el interior de una gran nave industrial confieren al conjunto una factura cuyo barroquismo oscila entre la asepsia de una ferretería y el flamante diseño de un hogar repleto de cuadros, libros y DVD. Hay también un perro, único testigo de la desesperada súplica telefónica que allí tiene lugar.

"Ejercicio de estilo" o "divertimento", calificativos de los que La voz humana (2020) ha sido merecedora desde que fuese presentada en el Festival de Venecia, lo cierto es que el tratarse de una cinta hablada mayoritariamente en inglés acaba generando una barrera que, en cierto modo, la aleja del habitual universo almodovariano. O dicho de otra forma: parece como si con el idioma se perdiese también parte de la comicidad inherente al estilo de su autor. Algo que lo define, por más melodramáticas que sean las historias que explique, y que seguía presente en Julieta (2016) o Dolor y gloria (2019) pese a que dichos títulos inaugurasen una etapa presuntamente más contenida de su filmografía.



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