Título original: Die 1000 Augen des Dr. Mabuse / Il diabolico Dr. Mabuse
Director: Fritz Lang
Alemania/Italia, 1960, 103 minutos
Los crímenes del Dr. Mabuse (1960) |
Fritz Lang ponía el punto final a una larga y brillantísima carrera revisitando por última vez el que fuera su personaje más recurrente, un malvado doctor Mabuse al que dedicó una primera entrega muda en 1922, seguida, ya con Hitler en el poder, por El testamento... (1933). Cuando rueda Los crímenes del Dr. Mabuse en 1960, lo hace tras haber permanecido veintisiete años en Estados Unidos, en lo que supone el regreso profesional al país del que hubo de salir huyendo. Para entonces, el mundo y, sobre todo, el cine han cambiado mucho. Por eso cobra aún mayor significación el hecho de que Lang quisiese retirarse volviendo a sus orígenes y al título que suscitó las iras de Goebbels.
Hay, de hecho, alguna referencia explícita al antiguo ministro de propaganda nazi en los diálogos de esta última entrega de la saga. Que no puede equipararse, dicho sea de paso, con las anteriores: la factura del filme es, en términos generales, la de una producción barata, bienintencionada (eso sí) y con un valor más sentimental que cinematográfico.
De izquierda a derecha: Peter van Eyck, Wolfgang Preiss (centro) y Dawn Addams |
De entrada, estamos ante una coproducción germanoitaliana, lo cual explica el baile de distintos títulos y finales según la versión de la que se trate. Hasta tres llegó a rodar su director, todos distintos: uno para Alemania, otro para el Reino Unido y, finalmente, un tercer desenlace para Italia, que es el que hemos visto nosotros en DVD. La película se resiente, pues, de un modo de trabajar que, si bien no era nuevo para Lang (estas variaciones ya se estilaban en la época muda), pone más énfasis en la rentabilidad económica de la producción que no en la calidad artística del producto final.
Buena prueba de ello es la ausencia de nombres relevantes en el reparto, encabezado por la inglesa Dawn Addams (Marion) y secundada por Gert Fröbe en el papel de comisario o Wolfgang Preiss encarnando al estrafalario "adivino" Cornelius (cuyo aspecto sugiere, por cierto, un parecido más que razonable con el diseñador Karl Lagerfeld...). Así pues, Fritz Lang, el mismo realizador que en tiempos del expresionismo había dirigido mastodónticas superproducciones monumentalistas, se despedía del cine con lo que a muchos les pueda parecer una peliculita de serie B, si bien no exenta de interés (por supuesto).
El de la izquierda NO es Karl Lagerfeld, sino Cornelius. El resto son Werner Peters (centro) y Gert Fröbe (derecha) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario