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viernes, 17 de mayo de 2019

Tres días de amor y de fe (1943)




Título original: Stage Door Canteen
Director: Frank Borzage
EE.UU., 1943, 132 minutos

Tres días de amor y de fe (1943)
de Frank Borzage


"¡48 estrellas más 6 bandas de renombre!" Con este flamante eslogan se presentaba Stage Door Canteen (1943), filme abiertamente propagandístico mediante el que la United Artists pretendía elevar el fervor patriótico de la audiencia en plena contienda mundial. El argumento, por tanto, era lo de menos, sobre todo porque, con tanto cameo, de poco habría servido que un esforzado equipo de guionistas se hubiese exprimido las neuronas para atraer la atención del respetable. Con todo, es Delmer Daves quien figura como autor del libreto, mientras que el legendario Frank Borzage se encargó de la dirección.

El título original de la película, Stage Door Canteen, hace referencia a un conocido local neoyorquino en el que las celebridades del momento, ávidas de voluntariado y de publicidad a partes iguales, accedían gustosamente a bailar con los soldados o a servir la comida a las tropas que se disponían a incorporarse al frente. De hecho, los estudios tuvieron que aflojar a los propietarios del restaurante cincuenta mil dólares de la época  para poder utilizar el nombre...

Bette Davis en el auténtico Stage Door Canteen


Paul Muni, Johnny Weissmuller, Harpo Marx, Katharine Hepburn y un largo etcétera de intérpretes irán desfilando por la pantalla durante más de dos horas, mientras en el escenario se dan cita artistas de la categoría de Benny Goodman, Count Basie, Xavier Cugat y hasta Yehudi Menuhin. Todo un festival, repleto de estrellas al servicio de la causa, en el que no faltan las proclamas en contra de Hitler y la hoy sorprendente presencia, como invitados, de oficiales soviéticos y chinos (entonces aliados de los americanos en la lucha contra el nazismo).

Stage Door Canteen es, pues, un musical de circunstancias, pero también un valioso documento de época que refleja, aparte del carácter voluble de las alianzas internacionales, el rol absolutamente pasivo y sumiso que Hollywood reservaba a las mujeres, retratadas en esta película como meros objetos para el solaz y esparcimiento de los reclutas en la antesala de su incorporación a filas.


viernes, 27 de noviembre de 2015

El mago de Oz (1939)




Título original: The Wizard of Oz
Directores: Victor Fleming, Richard Thorpe, George Cuckor y King Vidor
EE.UU., 1939, 102 minutos

El mago de Oz (1939) de Victor Fleming et alii

Argumento:

Dorothy es una huérfana de Kansas que vive en una granja con su tía Emma, su tío Henry y tres peculiares peones: Hunk, Zeke y Hickory. Un día la estricta Miss Gulch es mordida por Totó, el perro de Dorothy. Miss Gulch se lo requisa a pesar de las protestas de la niña y de tía Emma. Pero Totó escapa y regresa con Dorothy, la cual se alegra momentáneamente, aunque pronto piensa que quizá Miss Gulch regresará. Decide, por tanto, llevarse a Totó y se fugan en busca de una vida mejor “en algún lugar sobre el arco iris”.

Dorothy encuentra al Profesor Marvel, un adivino de feria que la “engaña” haciéndola creer que tía Emma está enferma. La niña se da prisa en volver a la granja, pero un repentino tornado obliga a su familia a esconderse en el sótano, mientras que ella cae inconsciente a causa de un golpe.

Dorothy recobra el sentido aún medio desorientada y descubre que su casa ha sido atrapada dentro del tornado. Incluso ve a Miss Gulch a través de una de las ventanas transformarse en una bruja que vuela a lomos de su escoba. Instantes después, la casa caerá estrepitosamente sobre el reino de Oz, aplastando a la Bruja Mala del Este. Una vez allí, llega Glinda, la Bruja Buena del Norte, e informa a Dorothy de que se encuentran en Munchkinland.

Lo que supuestamente parece el cielo es, en realidad, el suelo del estudio:
dando marcha atrás da la sensación de que caiga desde las alturas

Los vergonzosos munchkins empiezan a salir de sus escondites alentados por Glinda y celebran la muerte de la bruja con cantos, bailes y desfiles hasta que la Bruja Mala del Oeste aparece para reclamar los poderosos zapatos de rubíes que calzaba su difunta hermana. Para evitarlo, Glinda transporta mágicamente dichos zapatos a los pies de Dorothy y le recuerda a la bruja que su poder carece de efectos en Munchkinland. La bruja jura entonces vengarse de Dorothy y se va de la misma forma en que llegó, en medio de una nube de fuego y humo rojo. Glinda le explica a Dorothy que la única manera de regresar a Kansas es pidiéndole ayuda al misterioso Mago de Oz en la Ciudad Esmeralda y le advierte que nunca se quite los zapatos, “siguiendo el camino de ladrillos amarillos” para llegar allí.

The Lollipop Guild: el Gremio de la Piruleta

A lo largo de dicho sendero, Dorothy irá encontrando y se hará amiga, sucesivamente, de un espantapájaros sin cerebro, un hombre de hojalata sin corazón y un león cobarde. Los tres deciden unirse a Dorothy para ir a ver al Mago con la esperanza de obtener sus deseos (un cerebro, un corazón y coraje, respectivamente). Aunque durante el recorrido serán atormentados por los numerosos intentos fallidos de la bruja para detenerlos.

Cuando finalmente logran llegar a la Ciudad Esmeralda, el Mago se les aparece, al final de un largo pasillo, como una terrorífica cabeza flotante, envuelta en humo de colores y espectaculares llamaradas, y que solo acepta ayudarlos si consiguen la escoba voladora de la bruja.



Pero, yendo al castillo donde aquella reside, son atacados por una bandada de monos alados que se llevan a Dorothy y a Totó por los aires y los entregan a la bruja, la cual reclama los zapatos de rubíes. Cuando Dorothy se niega, la bruja trata de sacárselos, pero unos chispazos se lo impiden. Ella se da cuenta de que los zapatos no podrán ser quitados mientras Dorothy esté viva, así que planea entonces cómo acabar con la muchacha.

Margaret Hamilton: la Bruja Mala del Oeste

Totó escapa y guía al Espantapájaros, al Hombre de Hojalata y al León hacia el castillo. Allí, mientras permanecen escondidos, tres soldados les atacan. Los tres amigos aprovechan la oportunidad para plantarles cara y vestirse con sus ropas y así poder colarse en el castillo. Una vez dentro, liberan a Dorothy e intentan escapar. La bruja arrincona al grupo con la ayuda de sus soldados y prende fuego al Espantapájaros. Dorothy coge entonces un cubo de agua para apagar el fuego, pero moja por accidente a la horrorizada bruja, la cual se derrite a causa del líquido. Para sorpresa del grupo, los soldados reaccionan positivamente y le dan a Dorothy la escoba en agradecimiento por liberarlos de la bruja. 

De regreso con el Mago, este les dice: “Marchaos y volved mañana.” Pero descubren, gracias a Totó, que el Mago no es realmente un mago sino solo un anciano detrás de una cortina, por lo que se sienten decepcionados, aunque resolverá sus deseos a través del sentido común: al Espantapájaros le da un diploma, al Hombre de Hojalata le da un reloj con forma de corazón y al León le entrega una medalla al valor.

El Mago les explica que él también es de Kansas y que llegó a Oz en un globo aerostático que perdió el control, así que promete llevar a Dorothy a casa en el suyo después de dejar al Espantapájaros, al Hombre de Hojalata y al León al frente de la Ciudad Esmeralda. Pero justo antes de despegar, Totó salta de la canasta persiguiendo a un gato. Dorothy intenta atraparlo y el Mago, incapaz de controlar el globo, se va sin ella. Y cuando parece que ya se resigna tristemente a pasar el resto de su vida en Oz, aparece Glinda y le dice que puede usar los zapatos de rubíes para regresar a casa con Totó. Si no se lo había dicho antes era para que Dorothy aprendiera que “En caso de no poder encontrar el deseo de tu corazón en tu propia tierra, entonces es que nunca lo perdiste realmente”.

Dorothy y Totó se despiden de sus amigos y siguen las instrucciones de Glinda de golpear los talones tres veces y repetir las palabras: “No hay lugar como el hogar”. Tras esto se despierta en su habitación rodeada de su familia y amigos y les cuenta su viaje. Estos ríen y le dicen que todo ha sido un mal sueño. Una feliz Dorothy, aún convencida de que su viaje fue real, abraza a Totó y dice: “¡No hay lugar como el hogar!”

Comentario

Producido en 1939 por la Metro-Goldwyn-Mayer, el musical de fantasía El Mago de Oz es considerado hoy en día, a pesar de su antigüedad y de ser inicialmente una fábula cinematográfica para niños, una película de culto y un clásico del cine debido a los muchos valores que transmite.

En el plano estrictamente formal, uno de los aspectos a destacar es el uso que se lleva a cabo del flash forward, técnica que consiste en anticipar algunos de los elementos que posteriormente irán apareciendo conforme avance la película. Así pues, se podría decir que en el prólogo rodado en sepia y que tiene lugar en la granja de Kansas ya está concentrada toda la película.

El filme está basado en la novela infantil El Maravilloso Mago de Oz (1900) de Lyman Frank Baum. Tanto fue el éxito de este libro, que su autor continuó la saga con otros trece volúmenes. Y no solo él, sino que tras su muerte en 1919 haría lo propio Ruth Plumly Thompson con veintiuna secuelas más. En 1995, además, Gregory Maguire escribió la novela para adultos Wicked: Memorias de una Bruja Mala, convertida en musical en 2003. Ya en la época del cine mudo, la obra fue objeto de dos adaptaciones cinematográficas, una en 1910 y la otra en 1925, si bien la versión que todo el mundo recuerda es la producida por Mervyn LeRoy. Pero no sería la última: en 1978 se volvió de nuevo a rodar una versión más, The Wiz, en esta ocasión basada en un musical de Broadway e interpretada por Michael Jackson en el papel de Espantapájaros.

Lyman Frank Baum

El rodaje de la versión de 1939 fue muy caro y accidentado, ya que costó más de dos millones y medio de dólares de la época. No sólo se sucedieron diferentes directores al frente del proyecto (Richard Thorpe, George Cuckor y King Vidor, además de Victor Fleming) sino que los actores debieron someterse a duras sesiones de maquillaje. Tanto es así que Ray Bolger (el Espantapájaros) y Margaret Hamilton (la Bruja Mala del Oeste) estuvieron a punto de intoxicarse con el cobre que contenía su abundante maquillaje. No tuvo tanta suerte, sin embargo, el primer actor encargado de representar el papel de Hombre de Hojalata, ya que se intoxicó gravemente con el polvo de aluminio que contenía su maquillaje y se vio obligado a dejar el rodaje, siendo sustituido por Jack Haley. Se cuenta, incluso, que el disfraz de León utilizado por el actor Bert Lahr pesaba más de cuarenta kilos. Otra curiosidad es que Totó era en realidad una perrita llamada Terry, que intervino en quince películas hasta su muerte en 1945.

Fotografía tomada durante el rodaje: en ella se aprecia el uso de la grúa

Judy Garland en una pausa del rodaje