martes, 8 de agosto de 2017

La tortuga roja (2016)




Título original: La tortue rouge
Director: Michael Dudok de Wit
Francia/Bélgica/Japón, 2016, 77 minutos

La tortuga roja (2016)


Los cuerpos inertes yacen sobre la arena. Bocanadas de color lo inundan todo y, de noche, las estrellas. La brisa mece las hojas en un bosque de bambú. Él es un náufrago. Ella, quizá una tortuga; tal vez mitad sirena mitad mujer. Un hijo vendrá. Todo es silencio. Y el tiempo que pasa al compás de las olas, cumpliéndose un ciclo...

Filme de rara belleza, la lógica de La tortuga roja es la de la poesía y los sueños: como si en El rayo de luna, la leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, el protagonista hubiese conseguido dar alcance a la mujer de singular belleza que creyó ver flotando en el fondo de una alameda durante apenas un instante. O como en las Soledades de Góngora, de cuyo náufrago también desconocemos la identidad y su pasado.



Sin embargo, una película como ésta no sale de la nada, sino que viene de unos referentes fácilmente reconocibles. Así, por ejemplo, al toque oriental de los coproductores japoneses se suma un cierto parecido con La isla desnuda de Kaneto Shindô, donde, igual que aquí, la acción transcurría en una isla y no había diálogo, además de que los protagonistas trabajaban denodadamente para sobrevivir con esfuerzos equiparables a los del náufrago construyendo balsas. Aunque sería, asimismo, posible encontrar un eco de Robinson Crusoe y hasta de Thoreau, ahora que tanto se habla del regreso a la naturaleza por él propugnado.

Vale la pena, por último, destacar el espléndido trabajo realizado por Laurent Pérez del Mar componiendo una banda sonora de delicada belleza, capaz de emular, en su plenitud orquestal, la compleja sencillez del elegante estilo de animación tan característico de Studio Ghibli.


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