Título original: Wara no tate
Director: Takashi Miike
Japón, 2013, 124 minutos
Imaginaos que un anciano multimillonario japonés igualito que Alain Delon pero con pinta de samurái ofrece una recompensa de muchos millones de yenes a quien mate al presunto asesino de su nieta de siete años; que la policía de Tokio, afanosa por evitar que medio país se abalance sobre el sospechoso, logra dar con el malhechor y lo escolta en tren bala hasta la capital; que aun así consiguen dar con él un montón de aspirantes a cobrar el dinerillo del abuelete (algunos de ellos policías, ya ves tú) a través de una sofisticada página web capaz de ofrecer permanentemente la ubicación exacta del codiciado reo; que a pesar de mil y una precauciones, superando explosiones, rehenes varios y accidentes múltiples, el malo malote acaba zafándose de sus guardianes pero, que nadie se alarme, al final hay final feliz (valga la rebuznancia) y todos contentos...
¿Qué? Flipante, ¿no? Pues eso es lo que le espera a quien decida ver Los protectores. Por si alguien dudaba de que los japoneses también supiesen hacer cine de acción a la americana. De hecho, en determinados momentos puede recordar a Seven (1995), pero sin llegar a igualarla. Entre los puntos fuertes de la película destaca su ritmo trepidante y el hecho de que uno de los agentes, rompiendo tópicos, sea una mujer. En cuanto a los flojos... pues vosotros mismos: guion previsible, violencia gratuita, innecesario alegato a favor de la pena de muerte como moraleja... Vaya: lo que técnicamente viene a denominarse churro. Y yo que pensaba que el cine nipón era solamente Ozu, Mizoguchi o Kurosawa...
Los protectores (Shield of Straw) (2013) |
Que no falten explosiones... |
El director Takashi Miike dando indicaciones a Tatsuya Fujiwara (Kiyomaru) y a Nanako Matsushima (agente Shiraiwa) durante el rodaje de Los protectores |
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