lunes, 13 de julio de 2015

Aguas tranquilas (2014)




Título original: Futatsume no mado
Directora: Naomi Kawase
Japón/Francia/España

Aguas tranquilas (2014) de Naomi Kawase


Probablemente, Aguas tranquilas es una de esas películas que o bien te entusiasman o bien las aborreces, sin término medio. Quienes busquen en ella la acción de Takeshi Kitano, por poner un ejemplo, lo llevan claro. Aquí encontrarán, más bien, el sentimentalismo (sus detractores dirían sensiblería) del Yôji Yamada de Una familia de Tokio (2013).

La directora Naomi Kawase plantea una historia de ritmo pausado en la que los elementos de la naturaleza cobran vital importancia: se ha hablado mucho de espiritualidad a la hora de intentar expresar en palabras el contenido del film, pero también contiene sus buenas dosis de brutalidad (el sacrificio de las cabras, las rabietas de Kaito con su madre, el mar embravecido y su fuerza devastadora...)

Hay, asimismo, un interesante contraste entre la vida en Tokio (representada por Kaito y su padre) y la preservación de las tradiciones en la isla de Amami-Oshima (con Kyôko y su familia como principales ejemplos). A este respecto es sumamente emocionante todo el ceremonial de canto y baile con el que los lugareños acompañan el deceso de la madre.

En suma, Aguas tranquilas alude a los distintos ciclos de la existencia, desde el despertar a la vida de la pareja de adolescentes protagonista hasta el cadáver que misteriosamente aparece flotando en la playa.

Kyôko y Kaito

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