Título original: La bataille du rail
Director: René Clément
Francia, 1946, 85 minutos
Hay películas que solo por haber sido rodadas bajo condiciones adversas, al mismo tiempo o poco después de que aconteciesen los decisivos hechos que narran, ya aparecen envueltas en un halo de leyenda. Tal es el caso, por citar únicamente algunos ejemplos célebres, de Sierra de Teruel (1945) de Malraux, Roma, ciudad abierta (1945) de Rossellini o, en menor medida, de El gran dictador (1940) de Chaplin. Y lo mismo podría decirse de La batalla del raíl, la película que dirigió René Clément a mayor gloria de los cheminots apenas liberada Francia de la ocupación nazi
El film se centra en las heroicas acciones de sabotaje que llevaron a cabo los ferroviarios de la región de Chalon-sur-Saône, durante los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, como parte activa de la Resistencia frente a los invasores alemanes. En la mayoría de casos, está interpretado por actores no profesionales, muchos de ellos los mismos combatientes que en la vida real tomaron parte en las acciones relatadas, lo cual confiere todavía más, si cabe, a La batalla del raíl la condición de documento histórico, casi un documental sobre la labor de tantos partisanos que dieron la vida por su país y la libertad.
No faltan, aun así, toques de humor en mitad de tanta heroicidad. Como en la escena en la que se produce el descarrilamiento aparatoso de un larguísimo convoy: entre los vagones y mercancías que sucesivamente salen disparados, el último elemento que aterrizará en tierra será un acordeón.
En reconocimiento a la valentía demostrada por todos los que participaron en dicha contienda, la película fue premiada en la primera edición del festival de Cannes.
De todas formas, el punto de vista adoptado en el film dista mucho de ser imparcial. En primer lugar, porque se trata de un encargo realizado por la Resistencia y la SNCF (red de ferrocarriles francesa), razón por la cual todos los ferroviarios son presentados como luchadores espontáneos y unidos. Hay que situar la película en su contexto político: estamos en 1946, en la inmediata posguerra, y el gobierno pretende reconciliar a todos los ciudadanos, tanto colaboracionistas como resistentes, bajo la voluntad del general De Gaulle de considerar miembros de la Resistencia a todos los franceses.
Sin embargo, todo ello no le resta ni un ápice de valor a La batalla del raíl pues, a pesar de la idealización a la que se ve sometida la figura del ferroviario, sigue siendo un testimonio directo de las técnicas que utilizó la Resistencia a la hora de sabotear las líneas de ferrocarril. Claro que, por otra parte, tampoco es de extrañar que esta misma película fuese retirada tiempo después de las salas de exhibición para no dar malas ideas a los vietnamitas que luchaban en aquel entonces por obtener su independencia de Francia...
La batalla del raíl (1946) de René Clément |
Imagen tomada durante el rodaje de la película |
Consecuencia de uno de los actos de sabotaje |
Mensaje de De Gaulle del 18 de junio de 1940 |
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