Título original: The Inner Circle
Director: Andrey Konchalovskiy
EE.UU./Unión Soviética/Italia
El círculo del poder (1991) de A. Konchalovskiy |
Por más que, en su momento, fuese presentada como una historia de amor (la primera producción filmada en el interior del Kremlin) lo cierto es que The Inner Circle no deja de ser, ante todo y sobre todo, una película de propaganda anticomunista. Dirigida, además, por un cineasta incapaz de disimular su rencor hacia el autoritario régimen de Stalin. Lo cual, si bien es muy lícito en el ámbito de las ideas, suele dar malos resultados en el terreno cinematográfico.
Nadie discute que el guion de Konchalovskiy y Anatoli Usov posea el pulso narrativo necesario para mantener en vilo al espectador. Son, al respecto, portentosas la escena en la que Ivan (Tom Hulce) le explica a Stalin la conveniencia de usar un muelle de acero para mejorar el modelo ruso de proyector, equiparándolo con el alemán, o el momento en el que descubre el cuerpo de Anastasia (Lolita Davidovich) colgando del techo y, por detrás, se distingue el busto del camarada supremo dentro de un armario.
Sea como fuere, el motivo central de El círculo del poder no sólo es muy sugerente (las andanzas del proyeccionista personal del dictador soviético) sino que entronca, en parte, con títulos como Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988), filme igualmente inspirado por un entrañable afecto hacia la época dorada del celuloide.
Lástima que el histrionismo de Tom Hulce (que tan bien casaba con el personaje de Mozart en Amadeus) le reste aún más credibilidad, si cabe, a una trama ya de por sí bastante maniquea, al igual que ese asento tan rrruusssoo de los actores pese a que la película esté rodada en inglés...
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