domingo, 11 de noviembre de 2018

La calle de la vergüenza (1956)




Título original: Akasen chitai
Director: Kenji Mizoguchi
Japón, 1956, 87 minutos

La calle de la vergüenza (1956) de Mizoguchi


El que había de ser testamento fílmico de Mizoguchi abordaba una vez más, como no podía ser de otra manera, el universo femenino en un momento histórico que marcaría el punto de inflexión entre el sofisticado mundillo de las geishas y la sordidez de la pura y simple prostitución en el Japón posterior a la ocupación norteamericana. De hecho, una de las mujeres de mayor edad se lamenta con amargura de cómo antaño recibían formación en campos tan exquisitos como la poesía y el canto, en contraste con las estrecheces económicas a las que se han visto sometidas por los rigores de la posguerra.

Son varios los momentos, tanto al inicio como en el desenlace de la película, en los que se alude al proyecto de ley mediante el que se pretendían erradicar las casas de lenocinio. Algo impensable apenas unos años antes, pero que anunciaba la llegada de la modernidad a un país que había sido literalmente arrasado durante la contienda mundial.



Las cinco protagonistas de La calle de la vergüenza, adaptación de una novela de Yoshiko Shibaki, han seguido trayectorias vitales muy diversas, si bien todas ellas comparten un similar tremendismo naturalista en la exposición de sus respectivas historias particulares. Así pues, asistimos al drama de la meretriz otoñal que contempla con estupor cómo la joven Mickey (Machiko Kyô), recién llegada de Kobe, le roba los clientes. O cómo el padre se presenta en el burdel para exigirle a la hija pródiga su inmediato regreso al seno familiar.

Otras intentarán escapar en vano de la miseria a través del matrimonio, pidiendo prestadas cuantiosas sumas de dinero a los clientes o simplemente fingiendo que son sus secretarias cuando la esposa de alguno de ellos se presente de improviso. Pero todo es en balde, que la lectura determinista se acaba imponiendo hasta el extremo de hacer decir a uno de los proxenetas en un par de ocasiones: "Nosotros hacemos la función de servicios sociales". ¡Pues no veas cómo debía de estar el patio...!


No hay comentarios:

Publicar un comentario