lunes, 26 de noviembre de 2018

Catalunya màrtir (1938)




Título francés: Le martyre de la Catalogne
Director: J. Marsillach
España, 1938, 25 minutos



Se acaba de publicar Laya Films i el cinema a Catalunya durant la Guerra Civil, monografía a cargo de Esteve Riambau en la que el director de la Filmoteca de Catalunya lleva a cabo un pormenorizado  análisis de los noticiarios que realizara la productora del Comisariado de Propaganda de la Generalitat republicana durante la contienda. El libro se presentó hace unos días en la sede del Raval y fueron varios los reportajes proyectados a modo ilustrativo, entre ellos el que pasa por ser uno de los documentos más espeluznantes de los efectos devastadores de la barbarie fascista: Catalunya màrtir.

Son apenas veinticinco minutos, pero de una contundencia tan sumamente explícita que, ochenta años después de los bombardeos a los que la aviación italogermánica sometió a la población civil de ciudades como Barcelona, Granollers o Lleida, sus imágenes siguen apelando a nuestra conciencia con la misma inapelable firmeza. De hecho, la película aspiraba a ser un llamamiento a la ayuda internacional y, a tal efecto, se llevó a cabo un pase de la misma en los Campos Elíseos de la capital francesa al que asistieron numerosas personalidades del mundo de la cultura, entre otros el mismísimo Jean Renoir.



Escrito y narrado en francés por Jaume Miravitlles, Le martyre de la Catalogne muestra algunos de los destrozos causados sobre la ciudad condal en puntos como las Escuelas Francesas, la cúpula de Santa Eulalia o la confluencia de Gran Vía con la calle Balmes, mientras suenan de fondo las notas compungidas del Adagio lamentoso de la Patética de Chaikovski. En el tramo final vemos los alrededores de un cementerio leridano donde yacen sobre el suelo los cuerpos sin vida de las víctimas de los bombardeos, mayoritariamente niños.

Ciertamente, hoy en día se podría poner en tela de juicio el tremendismo de muchas de esas imágenes por la indisimulada morbosidad con la que se recrean en el sufrimiento ajeno, si bien conviene no perder de vista, al mismo tiempo, el contexto en el que fueron filmadas y, sobre todo, la finalidad abiertamente propagandística con la que serían posteriormente montadas y dadas a conocer.


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