lunes, 5 de noviembre de 2018

Cold War (2018)




Título original: Zimna wojna
Director: Pawel Pawlikowski
Polonia/Francia/Reino Unido, 2018, 88 minutos

Cold War (2018) de Pawel Pawlikowski


Cuando, hace ahora algunos días, Jan Harlan visitó la Filmoteca de Catalunya, le preguntaron qué cineasta de los actuales podría considerarse el heredero natural de Kubrick. El cuñado del director de Barry Lyndon lo tuvo muy claro y respondió de inmediato: Pawel Pawlikowski. Al margen de lo mucho o poco que se parezcan sus respectivos estilos, lo cierto es que una afirmación así de contundente y sin titubeos, especialmente viniendo de alguien que conoció tan de cerca a un genio, no debería echarse en saco roto.

Tras el éxito sin paliativos de Ida (2013), a Cold War le correspondía la difícil papeleta de igualar la absoluta brillantez de aquélla. Y, a tal efecto, el realizador polaco afincado en Gran Bretaña vuelve a situar la acción de su nueva película en los duros años de la era comunista. En este caso, eligiendo para el papel principal a una pareja cuya tempestuosa relación se extiende a lo largo de varias décadas y en diferentes países.



Según parece, Zula (Joanna Kulig) y Wiktor (Tomasz Kot) comparten no pocos rasgos de sus complejas personalidades con los padres del propio Pawlikowski, a quienes va dedicado, por cierto, este filme. Un amour fou tan apasionado como destructivo entre almas sensibles que encontrarán en la música el terreno ideal para compenetrarse. Porque hay una banda sonora considerable en Cold War: desde el jazz afilado y existencialista de los años que la pareja pasa en París hasta el repertorio folclórico de canciones tradicionales a mayor gloria del camarada Stalin.

Música e imagen que se amalgaman en el austero blanco y negro de la fotografía de Lukasz Zal, quien ya fuera responsable de títulos como Loving Vincent o la propia Ida, para emular la caligrafía de los grandes cineastas que en su momento surgieran de la Escuela de Lodz. Una escritura, bella y precisa, concebida a base de bruscas elipsis temporales con la firme determinación de denunciar, por la vía estética, la intolerancia y los excesos del régimen socialista polaco a la hora de inmiscuirse en los destinos de sus súbditos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario