Título original: Nur tote zeugen schweigen
Director: Eugenio Martín
Italia/España/Alemania, 1962, 83 minutos
Hipnosis (1962) de Eugenio Martín |
La verdad es que el título de la versión alemana de esta película (algo así como Sólo los testigos muertos están en silencio) tenía mucha más enjundia que el anodino Hipnosis con el que se comercializó por estos pagos. En cualquier caso, héteme aquí que esta inusual coproducción hispano-italo-germánica sorprende hoy en día por motivos de muy diverso jaez.
En primer lugar por la original forma que tuvo la distribuidora Mercurio Films de promocionarla: "¡Grite, no se avergüence, le disculpará la tensión emocional de Hipnosis!", rezaba el eslogan publicitario que servía de colofón a los programas de mano.
Pero es que, por otra parte, el muñeco Grog, portento de la ventriloquia que no necesitaba de ventrílocuo para ir cascando quién es el asesino, era clavadito a Paco Morán, no sabemos si por casualidad o en un acto deliberado de mala leche por parte de la productora Procusa.
Protagonizada por un Jean Sorel tan bello como maligno, la cinta se ha convertido con el devenir de los años en título de culto del denominado cine giallo, admirado y objeto de interés cinéfilo como casi todo lo que dirigió el incombustible Eugenio Martín.
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