Título original: 'Round Midnight
Director: Bertrand Tavernier
EE.UU./Francia, 1986, 133 minutos
Alrededor de la medianoche (1986) de Bertrand Tavernier |
Maxine, la viuda del saxofonista Dexter Gordon (1923-1990), visitaba en la tarde de hoy la sede de la Filmoteca de Catalunya para presentar Sophisticated Giant, el libro que ella misma ha escrito sobre la vida y el legado de quien fuese uno de los tenores abanderados del bebop y estandarte del sello Blue Note. Y, como no podía ser de otra manera, el filme elegido para ilustrar la sesión ha sido la mítica 'Round Midnight (1986), emotivo homenaje que el francés Bertrand Tavernier dedicara al mundo del jazz inspirándose en la figura de los no menos legendarios Bud Powell y Lester Young.
La película, ambientada en el París de finales de los cincuenta, le valió a Gordon la nominación al Óscar como mejor actor de aquel año (premio que finalmente iría a parar a Paul Newman por El color del dinero). Aunque fueron las palabras de Marlon Brando, quien elogió las dotes interpretativas de Gordon en su papel del jazzman ficticio —y un poco filósofo— Dale Turner, lo que verdaderamente haría ilusión al músico.
El verdadero mérito de la película es su banda sonora, interpretada por Herbie Hancock y virtuosos de la talla de Wayne Shorter, Chet Baker, Bobby McFerrin o el vibrafonista Bobby Hutcherson. De hecho, todos los números musicales que contiene 'Round Midnight fueron interpretados en directo, por lo que otro de los alicientes de la cinta radica en que las versiones que aquí se escuchan no son las mismas que contiene el álbum editado por Columbia.
No obstante, hay que admitir que el guion carece de fundamento y que hoy en día, diluida definitivamente la frontera entre cine de ficción y cine documental, es muy probable que la película se rodase de un modo muy distinto, prescindiendo del inverosímil personaje que interpreta François Cluzet y de toda esa subtrama un tanto ñoña del padre que se hace cargo de su hija tras ser abandonado por la esposa. Con todo, ello no es óbice para que la voz cavernosa del colosal Dexter (medía casi dos metros) se mantenga como uno de los atractivos del filme, a la vez que la inesperada presencia de Martin Scorsese en un breve papel ya hacia el final, cuando la acción se traslada momentáneamente a Nueva York.
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