martes, 20 de agosto de 2019

Una pareja... distinta (1974)




Director: José María Forqué
España, 1974, 101 minutos

Una pareja... distinta (1974)
de José María Forqué


Buceando en el más de medio centenar de títulos que conforman la filmografía de José María Forqué resulta relativamente fácil descubrir alguna que otra joya tan insólita como Una pareja... distinta (1974). Inusual, más que nada, por su temática, ya que aborda la relación entre una mujer barbuda (que además es madre soltera) y un travesti con ínfulas de vedette.

Tras abandonar el circo en el que trabajaba, Zoraida (Lina Morgan) se presenta de improviso en la humilde morada de su padrino, el artista de cabaré Charly Huesca (José Luis López Vázquez), quien, en un principio, rechaza la idea de que la joven se instale con él. Pero cuando éste constate que la faz pilosa de la ahijada, lejos de ser un inconveniente, tiene gancho entre su clientela de viejos verdes, sobre todo con don Arturo (Manuel Díaz González), aceptará gustoso que se quede a vivir allí, por lo que Charly pasa a ser, de la noche a la mañana, el proxeneta de Zoraida.



Luego vendrá una reportera (Rina Ottolina) a hacerles una interviú, lo cual propicia que, ante la supuesta celebridad que se avecina, reaparezca Manolo (Ismael Merlo), el tronado padre de Zoraida. Pero ni el uno ni la otra están dispuestos a soportar a semejante gorrón en casa. Porque, poco a poco, y a fuerza de convivir, ha nacido el amor entre ambos. Sin embargo, ironías del destino, es justo después de haberse casado, y cuando mayores son sus esfuerzos por llevar una vida "normal", que se darán de bruces con la realidad.

Un poco en la línea, salvando las distancias, de aquella mítica Freaks (La parada de los monstruos, 1932), José María Forqué y su guionista Hermógenes Sáinz coescriben una entrañable historia sobre dos seres inadaptados que, curiosamente, son más felices mientras viven sus peculiaridades sin excesivos tapujos que no cuando intentan amoldarse a las exigencias de una vida convencional. Cierto que hay algún momento de brocha gorda (como la cisterna de ese inodoro del piso de arriba cuyas infectas estridencias se dejan oír de fondo, invariablemente, cada vez que los protagonistas profieren sus ilusiones), aunque ello no es óbice para que sea valorada en su justa medida una película que se adelantó a su tiempo.


2 comentarios:

  1. Que tal Juan!
    No paro de asombrarme de la enorme cantidad de peliculas que desconozco. ¿Sabes esos libros que salieron hace unos año?, "Mil libros que leer antes de morir", "Mil canciones que escuchar antes de...", pues con las peliculas no me atrevo a dar una cifra. Esta en concreto tampoco la conocia, he visto estos dias un par de ellas que comentastes en tu blog, una es "Too Late for Tears" (1949) y "A sangre fria" (1959), las dos me han encantado, de la segunda hare un pequeño comentario pero relacionado con un aspecto en particular.
    Pues lo dicho, agradecido por toda esta estupenda e interesante información que nos aportas.
    Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí lo que me alucina es cómo pudo superar la censura una peli como ésta.

      En cualquier caso, y en relación a tus elogiosas palabras, gracias a ti por darle sentido al blog.

      Saludos,
      Juan

      Eliminar