Título original: Au revoir là-haut
Director: Albert Dupontel
Francia/Canadá, 2017, 117 minutos
Nos vemos allá arriba (2017) |
Intentar condensar seiscientas páginas en algo menos de dos horas da como resultado en Au revoir là-haut (2017) una película de ritmo trepidante, lo cual no siempre es un mérito. En cualquier caso, el actor Albert Dupontel asume con solvencia la ardua tarea de protagonizar y dirigir esta superproducción, basada en la novela homónima de Pierre Lemaitre que obtuviera el prestigioso Premio Goncourt en 2013 y cuya adaptación cinematográfica se hizo con cinco de las trece estatuillas a las que optaba en la última edición de los César.
Lo primero que llama la atención de este largo flashback es su cuidada dirección de fotografía. Que en las escenas iniciales, donde se recrean los combates durante la Primera Guerra Mundial, remeda la tonalidad de las primitivas fotografías en color: una hermosa textura de acuarela en la que destacan el sepia y, sobre todo, el añil de los uniformes militares. Lucha en las trincheras y lluvia de obuses que, visualmente, enseguida remiten a referentes clásicos como Sin novedad en el frente (1930) o Senderos de gloria (1957).
No son, por cierto, las únicas alusiones más o menos veladas a otros títulos que contiene Nos vemos allá arriba. La más interesante, desde un punto de vista creativo, son las cuantiosas máscaras tras las que se oculta el personaje interpretado por el argentino Nahuel Pérez Biscayart: una pléyade de caretas, a cuál más imaginativa, que conecta con una larga tradición literaria de héroes enmascarados/desfigurados a la que pertenecen L'homme qui rit de Victor Hugo o El fantasma de la Ópera de Gaston Leroux. Otros detalles, en cambio, como el final reservado al antagonista (sepultado vivo bajo las arenas de un sepulcro), hacen pensar de inmediato en el desenlace de Único testigo (1985) de Peter Weir, por no hablar del innegable regusto a Casablanca (1942) del último plano.
Notable esfuerzo de medios, sin duda, el llevado a cabo por Dupontel y su cuantioso equipo de colaboradores, si bien cabría preguntarse, a la vista del resultado y tratándose de un proyecto tan ambicioso, hasta qué punto no resulta un tanto excesiva la más que probable influencia que el universo de Jean-Pierre Jeunet haya podido ejercer en la concepción de los personajes y de la puesta en escena.
Notable esfuerzo de medios, sin duda, el llevado a cabo por Dupontel y su cuantioso equipo de colaboradores, si bien cabría preguntarse, a la vista del resultado y tratándose de un proyecto tan ambicioso, hasta qué punto no resulta un tanto excesiva la más que probable influencia que el universo de Jean-Pierre Jeunet haya podido ejercer en la concepción de los personajes y de la puesta en escena.
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